El gobierno municipal del ayuntamiento de Elda en Alicante del PSOE es otro de los muchos que se identifica en estas fechas con la religión católica y monta en su edificio municipal un belén. Vulnera así la aconfesionalidad del Estado, privilegiando una opción religiosa particular, identifica una corporación pública esa confesión y discrimina a todas las personas que no comparten esas creencias.
De nada vale alegar tradiciones propias del nacional catolicismo, cuando el poder civil y la iglesia estaban unidos. Casi cuarenta años de constitución aconfesional no han sido sufientes para que algunos cargos públicos olviden esa prácticas confesionales propias de otros tiempos.