Las religiosas alegan que el derecho canónico no les afecta “al haberse separado de la Iglesia conciliar” y se enfrentan a las acciones legales anunciadas por el Arzobispado
El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ha instado este lunes a las 10 monjas rebeldes de Belorado (Burgos) a que abandonen el monasterio donde se encuentran y ha anunciado “acciones legales” en caso de que no se marchen “en un plazo prudencial”. “No tenemos un plazo establecido, estamos a la espera de que reaccionen en un modo tranquilo y sereno”, ha anunciado el líder religioso, quien ha recordado que las hermanas clarisas han sido recientemente excomulgadas por la Santa Sede y que, por tanto, no pueden continuar en los inmuebles oficiales. Iceta ha pedido a las monjas que vuelvan “a casa, como la parábola del hijo pródigo” pero estas, bajo las órdenes del obispo excomulgado Pablo de Rojas, han mantenido su postura en las últimas fechas y han renegado de las órdenes del Arzobispado, pues el derecho canónico no pesa sobre ellas “al haberse separado de la Iglesia conciliar”.
Mario Iceta, representante legal de los monasterios de Belorado, Derio (Vizcaya) y Orduña (Álava), ha destacado también las circunstancias económicas de la congregación, pues han accedido a algunas de sus cuentas bancarias y han constatado que hay “unos 6.000 euros” que deberán usarse para abonar los contratos de empleados o avituallamiento. El nombrado Comisario Pontificio por parte del Vaticano, cargo que le otorga poderes totales sobre la agrupación de clarisas, ha insistido en que hay unas hermanas mayores dentro de la congregación que se quedarían en Belorado y ha informado de que algunas voluntarias de otros inmuebles se han ofrecido a instalarse allí para mantener activo el convento. “No son monjas, son exmonjas. ¿Y qué hacen unas exmonjas en un convento de clausura?”, ha lanzado Iceta. Junto a él han comparecido Carmen Ruiz, secretaria de la Federación de las Hermanas Clarisas de Nuestra Señora de Aránzazu; Donato Miguel Gómez, vicario judicial de la archidiócesis de Burgos; y Rodrigo Saiz, director de Asuntos Jurídicos del Arzobispado de Burgos.
El grupo se vinculó en mayo con el obispo excomulgado Pablo de Rojas, fundador de una línea de fe denostada por El Vaticano, acompañado por su acólito José Ceacero. Las religiosas de Belorado han anunciado en los últimos días la contratación de un equipo jurídico para negociar con el Arzobispado “una solución pacífica y extrajudicial al conflicto que permita el reconocimiento de sus derechos personales y patrimoniales que están siendo expoliados”. El arzobispo ha reiterado que “los servicios jurídicos actuarán” si, como ha sucedido en las últimas semanas tras conocerse el conflicto, las 10 clarisas rebeldes y De Rojas y Ceacero permanecen en el monasterio. Además, ha lamentado la falta de diálogo entre las partes pese a los intentos del Arzobispado de Burgos de mediar mediante obispos u otras figuras de la fe.
Las clarisas se han seguido expresando a través de su página web y de su perfil en la red social Instagram (@tehagoluz), donde han incluido su número de cuenta bancaria para recibir aportaciones económicas. Las 10 hermanas han justificado su negativa a comparecer ante un tribunal eclesiástico alegando que, al haber roto “libre, voluntaria y decididamente de la iglesia conciliar, fruto de madura, meditada y consciente reflexión”, esas leyes no pueden aplicarse sobre ellas. Así, el mando religioso carece de “capacidad” para “imponer ‘penas espirituales’ como lo es la farsa de la excomunión”. Por tanto, las sanciones potencialmente recibidas, como la expulsión de la comunidad de la Santa Sede, no tienen funcionalidad: “Cualquier pena o sanción canónica, impuesta por quienes no son obispo, ni válidos ni legítimos, ni tienen poder sobre las almas, carecen de efectividad y son nulas e írritas”. Las clarisas de Belorado esgrimen que todas refrendaron esa separación con El Vaticano y que lo firmó la madre abadesa, jefa de la congregación.
“Nuestra idea es no precipitarnos, los tiempos de la iglesia son distintos”, ha manifestado Iceta, satisfecho con el apoyo de la Santa Sede. Iceta ha afirmado que reza por el regreso de las monjas rebeldes, en cuyo caso se revertiría la excomunión: “La Iglesia seguirá esperando en oración con las puertas abiertas para que estas exreligiosas sean conscientes de la verdad de su realidad y emprendan el camino de vuelta a casa, como expresa de modo esperanzador y consolador la parábola del hijo pródigo, donde serán acogidas con amor y misericordia”.