Por si alguien tenía duda del carácter pastoral y evangelizador de esta visita, y el sinsentido de que toda la ciudadanía pague a quien con su viaje trata de fortalecer una visión de la sociedad basada en una derteminada doctrina, que no tiene reparo en criticar las decisiones democráticas adoptadas en nuestro país. Algo que no se permitiría, por intromisión en asuntos internos, en la visita de cualquier otro "jefe de Estado", como trata de justificarse el dispendio de Ratzinger.
El arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, cree que la visita del papa a la capital catalana contribuirá "a la urgente tarea de la evangelización", pero que también tendrá "una dimensión ciudadana, ya que Barcelona aparecerá en muchísimos medios de comunicación del mundo".
En respuesta a un cuestionario remitido por Efe, Martínez Sistach ha destacado que el viaje del pontífice a Barcelona tendrá una dimensión espiritual y otra ciudadana, ya que "para los cristianos la presencia del santo padre es muy importante".
Además, considera que esta visita también es relevante para el resto de ciudadanos porque "el papa realiza un servicio de defensa de la dignidad de la persona humana y de la paz en el mundo".
En el aspecto espiritual, ha destacado el "fenómeno de secularización que vive todo el occidente europeo" y que convierte en "urgente" la "tarea de evangelización para anunciar a Jesucristo y su evangelio".
En este cometido, la vista de Benedicto XVI puede ser, a su juicio, de gran utilidad, ya que -afirma- "también en medio de la secularización los hombres y mujeres piensan, reflexionan y buscan sentido a la vida. El ser humano ha sido creado por Dios, que es eterno, y tiene dimensión de trascendencia y eternidad".
"El sentimiento religioso está vivo. Basta pensar en las muchas manifestaciones de religiosidad popular y en la presencia de muchas religiones en nuestro país debido a la creciente inmigración", ha añadido el arzobispo.
La pluralidad religiosa no debe hacer olvidar a los catalanes "las raíces cristianas de nuestro pueblo y la riqueza cristiana que configura nuestra historia y nuestra cultura", según el cardenal.
Otro aspecto de la sociedad actual que preocupa a la iglesia católica es "la inestabilidad de muchos matrimonios, las separaciones y los divorcios".
Ésta es una de las razones por las que Joseph Ratzinger ha decidido presidir la dedicación a Dios del templo de la Sagrada Familia, añade el Arzobispo, que recuerda que "que en 1882 la Asociación de Devotos de San José promovió para que contribuyera al bien de las familias".
"Las familias encuentran en la Santa Familia de Nazaret, constituida por Jesús, María y José, un ejemplo magnífico para hacer del matrimonio y de la familia una íntima comunidad de vida y de amor", según Martínez Sistach.
La crisis es otro tema que preocupa al cardenal, que cree que "la visita del papa suscitará un incremento de la vida cristiana, que consiste en amar a Dios y los hermanos" y "compartir más generosamente nuestros bienes con los que no tienen".
"Uno de los objetivos prioritarios del plan pastoral de nuestra archidiócesis -ha dicho el arzobispo- consiste en aumentar la solidaridad en estos tiempos de crisis".
"El papa traerá unos valores que la sociedad actual necesita", según Sistach, por lo que ha pedido "comprensión" a los vecinos que viven cerca de la Sagrada Familia y que verán limitado el acceso a su barrio durante el próximo fin de semana por motivos de seguridad.
"La inmensa mayoría de los barceloneses ha acogido la visita del santo padre con satisfacción y agradecimiento por el gesto de visitarnos", según el cardenal, a quien no le preocupan las movilizaciones anunciadas por los movimientos laicos y otros grupos sociales con motivo de la visita de Benedicto XVI.
"Estas manifestaciones no deslucirán la visita del papa", ha asegurado el cardenal, que está convencido de que "muchísimos ciudadanos recordarán por mucho tiempo la visita de Benedicto XVI, especialmente cuando cada día vean las torres de la basílica de la Sagrada Familia".
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