La Patrona de Trujillo ya cuenta con el bastón de mando de la ciudad. Fue cedido por el alcalde, Alberto Casero, a través de un devoto. Lo recuperará el 2 de septiembre, cuando esta imagen vuelva a su morada, el castillo. Se trató de un gesto ya tradicional que se produjo ayer con la llegada de la Virgen de la Victoria a la iglesia de San Martín, totalmente abarrotada, a pesar del intenso calor.
Antes, como manda la tradición, la Patrona fue bajada en procesión desde el patio de armas de la alcazaba trujillana. En su salida, pasada las nueve de la noche, esperaban distintos devotos. Este desfile procesional estuvo encabezado por el estandarte de la hermandad Virgen de la Victoria, junto a la banda de música de Trujillo Antonio Flores, que hizo el acompañamiento musical. Seguidamente, se situó el paso, que fue cargado por hombres y algunas mujeres. Desde la organización, se pidió que esos cargadores vistiesen pantalón negro y camisa blanca. La comitiva fue cerrada por diferentes autoridades.
Esta procesión fue avanzando poco a poco por la parte antigua hasta llegar a la plaza Mayor, donde se acumuló numeroso público para arropar a la Virgen. Con los sones del himno nacional y bajo los aplausos de los cientos de devotos, hizo su entrada en el templo. Seguidamente, voluntarios colocaron la imagen en el centro de la iglesia, donde presidirá los actos religiosos de los próximos días.
No faltó la bienvenida de las autoridades.
El alcalde recordó que en ese bastón de mando entregado están depositados las esperanzas, los anhelos, los problemas y las soluciones de los ciudadanos. El presidente de la hermandad Virgen de la Victoria, Javier Diz, invitó a la participación de los vecinos a los diferentes actos. Además, ambos recordaron a los sacerdotes de la ciudad, que dejarán sus funciones próximamente en manos de otros compañeros.
Este acto terminó con la interpretación del canto himno Salve. Después, tuvo lugar el concierto de la banda de música de Trujillo en la plaza Mayor.
Hoy continuarán los actos religiosos con la novena, en sus diferentes horarios. La de las diez de la mañana será oficiada por el párroco Miguel Ángel Ventana. La de las doce, dedicada a los pequeños, está dirigida por el vicario Vladimir Sánchez. La última es a las nueve de la noche, que suele ser la que más aceptación tiene. Este año, está oficiada por el Arturo Ureña, de la congregación de los Esclavos de María y los Pobres de Alcuéscar. Además, cada día participará una agrupación musical de la ciudad.
