Justo cuando comenzó a caer la tarde y el cielo se coloreó de fuego la Virgen de la Victoria hizo su salida a hombros del castillo rumbo a la iglesia de San Martín, donde permanecerá hasta el 3 de septiembre.
El fervor que profesan los trujillanos a su patrona se puso una vez más de manifiesto por el acompañamiento multitudinario a lo largo del recorrido. Un templo abarrotado la recibió entre aplausos, pétalos blancos y estruendo de campanas, hasta ser colocada en el centro del altar para ser venerada estos días.
Uno de los puntos álgidos de este acontecimiento tan esperado por los vecinos fue cuando la Virgen recibió de manos del alcalde de Trujillo, Alberto Casero, el bastón de mando de la ciudad. Durante su intervención, el edil pidió a la Virgen por los jóvenes «para ayudarles a abrirse camino en la vida», así como por los fallecidos y familiares de las víctimas de los atentados de Barcelona. El alcalde aseguró que «está siendo un año difícil» por las ausencias de los seres queridos, y dijo que «las cosas no van como debieran» en relación a los atentados que suceden en el mundo. Por eso, solicitó a la patrona que acompañamiento «para que nunca perdamos al fe».
Por su parte, el presidente de la hermandad, Javier Diz, rogó «su protección y enseñanza como maestra para vivir en paz y solidaridad». La jornada concluyó entonando el himno Salve y con un concierto de la banda ‘Antonio Flores’ en la plaza Mayor.