Las calles del centro de la ciudad vivieron ayer con intensidad la procesión del Corpus Christi, que arrancó de la praza Maior poco antes de las once de la mañana con el séquito de autoridades, para unirse en la Catedral a las representaciones de las diversas parroquias y los fieles. Al frente de la comitiva, la Real Banda de Gaitas de la Diputación, que desgranó, a lo largo del recorrido, las piezas del Himno del Reino de Galicia, la Marcha Procesional de San Benito y la Marcha dos Caladiños de O Carballiño. Tras ellos, los estandartes de las parroquias y asociaciones religiosas (Santísima Trinidad, San Pío X, legionarias de María…); el paso del Corpus, con el obispo, Leonardo Lemos, tras él; las autoridades, con representación del PP (el alcalde, Jesús Vázquez, y las ediles Flora Moure y Belén Iglesias) y también de Democracia Ourensana, con Manuel Álvarez, Domingo Castro y María del Mar Fernández, pero no del PSOE ni de Ourense en Común, además de los subdelegados del Gobierno, Roberto Castro, y Defensa, Gustavo Doncel; y cerrando la marcha, los miembros de la Brilat Galicia, con sede en Pontevedra.
La procesión recorrió la calle Santo Domingo y a la altura del colegio La Purísima, las monjas del centro educativo echaron los tradicionales pétalos sobre la Custodia del Corpus. El recorrido se prolongó a lo largo de Parque San Lázaro, calle Paseo, Parada Justel, praza Maior, donde se dio paso a una lectura, y praza San Martiño, donde el obispo de la Diócesis de Ourense se ocupó de llevar a cabo la bendición del día del Corpus Christi desde las escalinatas de la fachada principal de la Catedral de Ourense y ante la expectación del numerosospúblico, que ocupó tanto la plaza como las calles adyacentes.
A lo largo del recorrido, un total de diez agentes de la Policía Local, junto con otros dos desde el centro de comunicaciones, controlaron la correcta marcha de la procesión, que transcurrió sin incidentes.