La Virgen de la Sierra, lejos de caminar sola, demuestra en cada ocasión su poder de atracción, como en aquel histórico besamanos que tuvo lugar en la parroquia de la Trinidad, con motivo de la Magna Mariana. Y hoy tampoco lo ha hecho. Por el contrario, una multitud de egabrenses han lanzado sus vivas al cielo de la Subbética. Mientras la centenaria imagen se acercaba a Cabra, para que Fernando Priego se suba a su trono áureo y le entregue el bastón de mando de la ciudad. Porque Ella manda, desde hoy, en el pueblo al que quiere y protege. Sin miedos y sin complejos, su gente se arrodilla ante ella, comenzando por su alcalde.
Salvador Illa recupera la misa de Sant Jordi, presidida por el abad de Montserrat
La Generalitat ha acordado este lunes recuperar la tradicional misa del día de Sant Jordi, que se prevé…