Benidorm sacó ayer su cara más tradicional, la de un pueblo orgulloso de su pasado y su identidad, para rendir honores a su patrona y mostrarle fervor en el 279 aniversario de su llegada. Como cada 16 de marzo, la imagen de la Virgen del Sufragio recorrió al alba las calles del casco antiguo y las tres playas de la localidad turística y, ya por la tarde, volvió a salir para ser honrada en la ofrenda floral. Unos actos en los que, como no podía ser de otra forma, estuvo arropada por cientos de fieles.
A las 5.30 horas, la talla de la Virgen salía a las puertas de la iglesia, donde centenares de personas ya aguardaban su aparición para entonar en su honor cuatro «copletes» y las tradicionales «mañanitas». Después, portada por el alcalde, Toni Pérez, y por las Reinas de las Festes Majors Patronals, Marina Carrillo y Paula Mayor, la imagen inició el recorrido. Los siguientes en portarla fueron el concejal de Fiestas, Jesús Carrobles, y el presidente de la Comissió de Festes 2019, Roberto Carretero. Tras la procesión por el casco antiguo y las playas, volvió a la parroquia, donde se celebró la misa.