Tras rodear el Santuario a hombros de los hermanos, la imagen de la Virgen de Luna se situó ante sus fieles para dar comienzo la misa bajo los acordes del coro Voces de la Sierra, las salvas de las escopetas y los redobles atronadores del tambor. El capellán José María González ofició una celebración en la que juró bandera un nuevo cofrade y tres más recibieron medallas de plata como conmemoración a sus 35 años de servicio, toda una vida.
El alcalde de Pozoblanco, Emiliano Pozuelo (En Positivo), mostró su alegría por disfrutar de «un día espléndido pese a las amenazas de lluvia», y aseguró que «tener un día tan bueno ha hecho que muchísima más gente se haya sumado a disfrutar de nuestra romería». Pozuelo afirmó también que «todo el dispositivo puesto en marcha ha funcionado perfectamente y todos los romeros que se han acercado al Santuario han podido disfrutar de la fiesta».
También habló desde el punto de vista personal: «Ya el año pasado, durante la romería, viví uno de los momentos más emocionantes de mi vida y de mi trayectoria como alcalde», y aseguró que en esta edición «la emoción es exactamente la misma». Pozuelo expresó su satisfacción por «el gran éxito de todas las actividades paralelas preparadas para la romería» en las que se han mezclado «con éxito» nuestras tradiciones y nuestra apuesta por introducir novedades».
Y, como marca la tradición, poco más tarde de las tres de la tarde la Virgen de Luna, portada por sus brazeros, partió camino de Pozoblanco. Los romeros, unos junto a la patrona y otros algo después, comenzaban también a llenar el camino. Algunos con algo de prisa porque su gran objetivo era estar presentes cuando la Virgen llegara al arroyo Hondo.
En torno a las seis de la tarde, comenzó a vislumbrarse desde Pozoblanco la silueta de las andas de la Virgen de Luna. La emoción comenzó a hacerse notar y los pozoalbenses, un año más, llenaron el camino a ambos lados en el último tramo del recorrido que separa el santuario de la Jara y el arroyo Hondo. Minutos después, la Virgen entró en Pozoblanco y empezaron a escucharse las voces de los más pequeños con una tradicional oferta: «¡Virgen de Luna! ¿Quieres mi hornazo? ¡Que si no me lo zampo!». Al paso de las andas de la imagen de la Virgen, se entonaba también la salve justo antes de que la imagen recibiera las llaves de los sagrarios de Villanueva de Córdoba y Pozoblanco.
A continuación, comenzó una procesión por las calles del municipio, con la compañía de la Banda Sinfónica Municipal, hasta parar en la puerta del Ayuntamiento, lugar donde el alcalde le hizo entrega a la Virgen de Luna del bastón que la identifica como alcaldesa perpetua de la ciudad.