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El aborto, (legislatura 2013) : nuevas partitura, nueva danza

A la sociedad española, nos tienen acostumbrados el sistema político, a tener que bailar la partitura que el gobierno interpreta. Después de haber pasado por el periodo del Sr  Zapatero, melómano de la música moderna, hoy es el Sr Rajoy el director de un cuarteto de música de cámara,  otros ritmos y una nueva danza. Los espectáculos siempre se producen en el Congreso, y siempre los espectadores somos los ciudadanos. Esta vez las partituras de la música, son dos nuevos movimientos, uno el moderato para el aborto, y el multo presto para la enseñanza. Pero yo, no siendo experto en movimientos musicales y menos en danzas, me limitaré a la partitura del aborto, que por cierto, no sólo en España, sino también en algunos países de la Unión a fuerte influencia católica, es una de las sinfonías más polémicas de nuestro tiempo.

Un buen comienzo es centrarnos  sobre el responsable de la partitura del aborto, versión legislatura 2013:  El Sr Gallardón, que en algunos tiempos fue bien considerado, por parecer un progresista en medio de tanto conservador. Hoy  es todo lo contrario. Después de haber asistido a las confrontaciones personales, en la Comunidad de Madrid,  entre dos miembros importantes del mismo partido, y que en esta contienda política, el Sr. Gallardón eligió el bando del Sr. Rajoy, comprendemos que haya sido recompensado, nombrándole  Pues aunque somos espectadores, los ciudadanos somos capaces de comprender que nada es fortuito en política y que todo es un juego de influencias y de alianzas para los intereses partidarios, sin que sea importante los intereses de todos los ciudadanos.

Juzgando ahora, al Sr Gallardón, en el corto tiempo pasado en el ejercicio de Ministro de Justicia, lo menos que podemos decir son los estropicios que este Señor ha causado a la misma institución de la Justicia y a una gran parte de los ciudadanos. Ignoro si hay alguien contento con su gestión, tal vez la Conferencia Episcopal, porque por lo demás, incluidos muchos miembros de su propio partido, han sido bastante severos don sus declaraciones confusas, torpes y contradictorias de alguien que sabía a donde tenía que llegar pero era incapaz de explicarlo. Hasta el punto, que al mismo tiempo que se ofrecía al Sr Rajoy la continuidad de sus servicios, anunciaba que una vez acaba da su misión abandonaría la política.

Abordemos ahora el aborto, principal centro de nuestras preocupaciones. El aborto, es una realidad que ha existido en toda la Historia de la Humanidad. Para muchos, por razones religiosas, piensan que la solución está en la prohibición. Los tenantes de esta teoría, se han opuesto siempre a un debate social abierto a los argumentos científicos y a las realidades sociales. La Iglesia oficial católica ha despreciado el dialogo, sus posiciones extremas de prohibición y castigo han prevalecido contra otras proposiciones más humanas y más esclarecidas de la inteligencia de los hombres.

Nadie puede negar al Estado el derecho de determinar los límites y circunstancias en el que el aborto puede ser permitido. Pero, un Estado no tiene ningún derecho a prohibirlo ni a castigarlo. La responsabilidad del estado es, primero: de ser independiente de las influencias de las religiones y de promulgar leyes para todos los ciudadanos., segundo: la responsabilidad del gobierno es la prevención del ab orto y de encontrar soluciones a una realidad social evidente.

La acción preventiva del estado comienza en las escuelas, instruyendo a los jóvenes en una sexualidad humana científica. Difícilmente esta instrucción puede recibirse en el seno de la familia, como algunos lo pretenden. La concepción de una sexualidad basada en la abstinencia hasta el momento del matrimonio, como es enseñado en colegios de religiosos católicos, es una aberración inadmisible a nuestra época, y si el Gobierno lo permite, el Gobierno no asume sus responsabilidades. Tampoco un gobierno puede limitar el aborto y al mismo tiempo los anticonceptivos.

La prohibición del preservativo, por el mismo Papa, lo único que ha demostrado es la profunda ignorancia de la Iglesia oficial católica a las realidades del mundo. Es que no es un aborto, todos esos nacimientos, en ciertas zonas del continente africano, donde los bebés nacen con una muerte anunciada por el hambre y los sufrimientos sin que ni siquiera puedan apercibirse de su propia existencia. Son condenados por el solo hecho de nacer a una existencia infrahumana. Pueden todavía continuar a decirse que el aborto es peor que esta forma de existencia. Es inconcebible, que conciencias cristianas continúen a afirmar  que es la Voluntad de Dios y que así son sus preceptos.

Como es posible que un partido que puede ejercer el gobierno,( y no hago referencia a que se trate de un partido de derechas), pueda dar entrada en el partido y en el gobierno a miembros del Opus Dei, que por su condición de obediencia a las consignas vaticanas, tengan como misión de obrar para que las leyes y las políticas reflejen la ideología católica y que se impongan a toda la ciudadanía. Una ciudanía con diversas convicciones y en principio los mismos derechos a los que se les impone una sola ideología católica, una de las más ultraconservadores  existentes en otros países de Europa. La ley del aborto no obliga a ninguna ciudadana a abortar,  una ley a favor del aborto solo hace abrir derechos para todos los ciudadanos, sin prohibir ni atacar las convicciones personales de todos. 

El Sr Mayor Oreja, cabeza de la representación del grupo popular español en el Parlamento Europeo, es el coordinador de la recolecta firmas para una iniciativa ciudadana de la Unión Europea por la prohibición del aborto en todos los países de la Unión.

La Unión Europea, consciente del desinterés general de los ciudadanos por la Unión europea, creo, lo que llamaron “la ciudanía europea”. Son objetivo era el de crear organismos en las diferentes naciones para movilizar los ciudadanos  a participar activamente en las decisiones y políticas de la Unión. Entre algunos de los instrumentos creados,  está el derecho de los ciudadanos a manifestarse por iniciativa o referéndum. Su eficacidad ha sido muy relativa, ya que la clase política se ha desinteresado. La iniciativa o referéndum, tiene sus exigencias, más de un millón de firmas y un número de países necesarios, de donde proceden las firmas,  para cumplir con los requisitos exigidos.

Pues bien, esta iniciativa ya ha recolectado más de un millón de firmas provenientes de ciertos  países de la Unión. No hay ninguna duda que España ha participado. Lo que no se conoce es como esta recolecta de firmas se ha hecho, quién ha estado informado y quienes han firmado.   El Gobierno ha estado al corriente, de la iniciativa, de donde provienen las firmas.

Volvamos al aborto y hablemos de las mujeres que abortan. La responsabilidad del gobierno es conocer quiénes son estás mujeres que abortan y el porqué. Muchos piensan que el aborto es un capricho de mujer que por falta de responsabilidad personal o que por librarse al libertinaje ahora tienen que asumir su responsabilidad. Esto es precisamente lo más alejado de la realidad. Personalmente, puedo afirmar que todos los caso de aborto que he tenido que conocer, eran casos de dramas personales que les dejaban huellas para la posteridad. Las razones del aborto son diversas y personales sobre las cuales no tenemos ni la competencia ni el derecho de juzgar. En los países donde se han hecho estudios sociológicos sobre las circunstancias del aborto han llegado a la misma conclusión. Muchas de las situaciones de aborto, son consecuencias de situaciones, muchas de ellas en relación con la historia de vida de esas mujeres. Y esas situaciones dejan bien lejos algunos de los eslogan “mi cuerpo me pertenece” para dejar al descubrimiento otras realidades dramáticas que llevan a las mujeres a abortar.

Por lo que creo que es necesario encontrar la verdadera solución, otra que la prohibición, Pues ya tenemos la experiencia del periodo de la dictadura, de los abortos clandestinos o de las viajes al extranjero para abortar. Y no hagamos del aborto una culpabilidad, sino un medio a disposición de la sociedad, cuando por razones que no es a la sociedad de juzgar, el aborto pueda se realizar en unas condiciones de seguridad y libertad. La matanza de los niños inocentes hace siglos que paso, y hacer del aborto un crimen es una exageración, pues si contamos todos los niños asesinados y las mujeres preñadas, en el nombre de Dios y de la Iglesia, no es esta la que puede en este asunto hacer la moral.

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