Siete de cada diez catalanes se identifica con alguna confesión religiosa, según el II Barómetro de la Religiosidad. Esto supone cuatro puntos más que hace dos años, además de la constatación de que las confesiones no católicas han frenado su crecimiento.
Así, un 58% de los catalanes se consideran católicos, mientras que un 16% se definen ateos y un 11,9% agnósticos. Un 4,8% de los residentes en Cataluña se declaran seguidores del Islam, un 3% son evangélicos, un 1,3% budistas y un 0,9% cristianos ortodoxos, mientras que un 3% son de otras religiones, como Testigos de Jehová, mormones, judíos o hindúes, y el 1,1% no contestó a la encuesta.
El director general de Asuntos Religiosos de la Generalitat, Enric Vendrell, ha valorado, en una entrevista en el programa «Signe dels Temps» de TV3, que los resultados no ofrecen grandes variaciones con respecto al primer barómetro que se hizo en 2014, aunque ha reconocido que aparece un «estancamiento» de las religiones minoritarias presentes en Cataluña.
Según el barómetro, un 13% de los residentes en Cataluña se declara seguidor de una confesión diferente a la católica, mientras que en la encuesta de 2014 era un 15% de la población.
El barómetro indica que un 12% de los catalanes va cada día a un acto en algún centro de culto, un 9% lo hace una vez al mes y un 15% una vez al año.
Según el estudio, un 68,1% consideran mucho o bastante importante tener unos conocimientos mínimos sobre las características de las diferentes confesiones religiosas, lo que significa un aumento del 7% respeto a los datos del barómetro de 2014.
Sobre la cultura religiosa en la escuela, el nuevo barómetro indica que el apoyo a la posibilidad de que el sistema educativo incorpore una nueva asignatura en la que se dé formación sobre las principales religiones se mantiene estable y sigue superando el 70% de apoyo.
También se mantiene estable el número de personas que afirman no tener ningún amigo con una creencias religiosas diferente a la suya.
La encuesta revela que un 93% de los catalanes consideran que no hay discriminación por motivos religiosos, mientras que un 5,7% han afirmado haberse sentido ofendido en sus sentimientos religiosos en los dos últimos años.
El estudio constata un aumento de 13 puntos en el número de ciudadanos que consideran que hay una buena relación entre las diferentes comunidades religiosas en Cataluña, pero aumenta 9 puntos los que piensan que, aunque no hay conflicto, hay poca relación entre las comunidades religiosas.
Sólo un 3,1% de los catalanes detectan tensión entre las comunidades religiosas y aumenta el porcentaje de catalanes que vería con preocupación que abriesen un centro de culto junto a su vivienda.