El nacionalcatolicismo de la dictadura franquista permanece, entre otros aspectos, en la presencia de la Policía Nacional, la Guardia Civil o el Ejército en los desfiles procesionales católicos.
Además de vulnerarse la neutralidad del Estado, al ponerse al servicio de una confesión religiosa unos servicios públicos, no puede entenderse qué sentido tiene la presencia de las Fuerzas Armadas o de Seguridad en unos actos religiosos. El propio Tribunal Constitucional en 1982 ya planteaba que la aconfesionalidad del Estado impide cualquier confusión entre las funciones del Estado y las de las religiones. ¿Acaso no se confunden con esta presencia institucional?
Este año, el Ministerio del Interior, ha autorizado que la polícia pueda asistir a las procesiones con su uniforme oficial.
He aquí alguna muestra que nos han enviado desde la red de observadores:
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