Son casos anecdóticos promocionados por una prensa cada vez más afín al sensacionalismo, mientras la mayoría de la población bromea sobre el tema.
Un pueblo espera a 40.000 personas que buscan 'salvarse' del supuesto apocalipsis maya
20 minutos
Bugarach, un pequeño pueblo (menos de 200 habitantes, según Wikipedia) del sur de Francia presidido por un pico de 1.231 metros, se prepara para el anunciado apocalipsis maya, tras difundirse en la Red que este es uno de los pocos lugares que escapará, el 21 de diciembre, a la supuesta desaparición del mundo.
Los vecinos y autoridades esperan hasta 40.000 visitantes el próximo viernes, quizá alguno movido por el deseo de sobrevivir al cataclismo, pero la mayoría por una especie de encuentro entre espiritual y jocoso en un entorno natural apacible, que recuerda alguna de las imágenes de Encuentros en la tercera fase.
Algunos creen que la montaña, localizada a 60 kilómetros de Perpiñán, servirá de pista de aterrizaje para una nave nodriza extraterrestre que salvará de la hecatombe a unos cuantos elegidos. Por el momento, periodistas llegados de toda Europa recorren las calles de Bugarach, una localidad que cuenta sólo con 188 habitantes, en busca de alguien que realmente crea en la salvación del apocalipsis.
La presencia de enviados de medios de información tiene molestos a muchos vecinos, que dicen no entender la razón de tal despliegue por un simple bulo que ha corrido por Internet. Otros van más allá, aunque se niegan a facilitar su identidad, y apuntan a intereses económicos, gracias a la venta de propiedades que se ha producido en la zona a raíz de todo este asunto.
Por el momento, el consistorio de Bugarach luce un letrero en su puerta que anuncia que estará cerrado el 21 de diciembre, aunque sin precisar si para poner orden ante la esperada llegada de visitantes o para no desperdiciar las últimas horas de existencia.
Las autoridades han decidido cerrar los accesos a la montaña como medida de prevención y ya es visible la presencia de gendarmes que recorren las carreteras y principales caminos que llevan a la cima del pico de Bugarach. Nadie podrá instalarse cerca de la cumbre y las únicas caravanas que, por el momento, ocupan los aparcamientos de la localidad son de medios de comunicación desplazados toda la semana para seguir el evento.
El ayuntamiento ha comenzado ya a delimitar una zona de campos que se destinará a aparcamiento para la prensa, puesto que desde la Oficina de Turismo de Pays de Couiza se apunta a la presencia de más de 150 periodistas el próximo viernes. Incluso la escuela de cine de la ciudad francesa de Annecy ha enviado a algunos de sus alumnos a elaborar un documental a modo de trabajo de prácticas sobre Bugarach y el cataclismo maya.
Vista de la localidad francesa de Bugarach, situada junto al pico del mismo nombre. (EFE)
Un millonario belga se construye un búnker en Bérchules para sobrevivir al fin del mundo
Ideal
Un pueblo turco se prepara para sobrevivir sin incidentes al "fin del mundo"
Sirince, un pintoresco pueblo en la provincia de Esmirna, supuestamente se salvará del apocalipsis vaticinado por algunos este viernes
Público
Todo listo para un "fin del mundo" sin incidentes. Es el mensaje de las autoridades de Esmirna, la provincia turca donde se ubica el pintoresco pueblo de Sirince, que supuestamente se salvará del apocalipsis vaticinado por algunos para el viernes. Según estima la cadena turca NTV, unas 20.000 personas pueden congregarse ese día en el pueblo, que cuenta con un censo de 570 vecinos. "Ya hay unos cuantos visitantes, pero la gran mayoría llegará el jueves y viernes; será la locura", asegura a Efe en conversación telefónica Sevan Nisanyan, un escritor turco-armenio que posee un hotel en Sirince.
Para reducir la presión, el pueblo será peatonal durante el "fin del mundo" y las autoridades han acondicionado un inmenso aparcamiento en las cercanías del pueblo. Desde Esmirna llegan equipos de refuerzo de la policía y la gendarmería, numerosas ambulancias e incluso un helicóptero sanitario. El gobernador del municipio de Selçuk, del que forma parte Sirince, ha establecido además una lista de precios máximos para hostelería y tiendas de comestibles, para evitar sorpresas desagradables a visitantes que no tengan intención de gastar ese día como si fuera el último.
Aun así, quienes pretenden escapar del supuesto cataclismo deberán abonar al menos unos 100 euros, que es el precio desde el que empiezan las escasas ofertas en los hoteles que todavía tienen plazas. Y para tranquilizar a los dubitativos, varios teólogos musulmanes han recorrido estos días el pueblo para asegurar a los creyentes que sólo Dios conoce la fecha del fin del mundo y que no hay motivo para el pánico. No está claro por qué Sirince ha pasado a formar parte del elenco de localidades donde sobrevivir, supuestamente, al fin de la era maya.
Aunque en las inmediaciones del pueblo se hallan las ruinas griegas de Efeso, varias iglesias antiguas, una "casa de la Virgen María" e incluso la cueva en la que se refugiaron, según la leyenda cristiana, los Siete Durmientes -que ante la persecución del emperador Decio contra los cristianos durmieron allí durante más de cien años para despertar bajo el reinado de Teodosio- no se ha precisado ninguna relación especial con intervenciones ocultas o de extraterrestres, como ocurre en localidades de atracción similar.
Aunque en Turquía, sólo en los últimos meses, la prensa ha empezado a descubrir el pueblo como destino milenarista, Sevan Nisanyan asegura que viene de antiguo. "Hace al menos 30 años que viene aquí gente de ese tipo; en los ochenta creo que localizaban el fin del mundo en el año 2000, en 2005-2006 hubo un 'boom', ya por la era maya, aunque luego volvió a decaer un poco", relata el escritor. Varios hostales contactados por Efe han declinado hacer declaraciones sobre la llegada de turistas, pero según la prensa turca se prevé que este viernes deje no sólo buenos ingresos sino también una publicidad de efecto sostenido.
El propio ministro turco de Cultura y Turismo, Ertugrul Günay, declaró hace pocos días su "aprecio y apoyo a las leyendas e historias mitológicas", por contribuir a la promoción de Turquía. "Según nuestros datos, nada indica que el fin del mundo tenga lugar ese día, pero será bienvenido quien, con ese motivo, quiera conocer esa bella región", dijo, invitando a todos a disfrutar "de un agradable desayuno el 22 de diciembre".
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