1982 – La masacre de Sabra y Chatila fue una matanza de palestinos residentes en los campos de refugiados situados en dichas localidades, en Beirut Oeste, durante la Guerra del Líbano de 1982. Fue cometida por la Falange Libanesa, de origen cristiano y en su mayoría pertenecientes a la Iglesia maronita, en respuesta a la masacre de Damour, en la cual atacantes palestinos pertenecientes a la OLP habían asesinado a 582 personas y profanado el cementerio cristiano. Esta masacre recibió la calificación de acto de genocidio por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas a través de su resolución 37/123. Según una comisión interna israelí, la Comisión Kahan, las Fuerzas de Defensa de Israel apostadas en el Líbano fueron indirectamente responsables de los hechos por no evitar las matanzas.
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