Elizabeth Shakman Hurd analiza las iniciativas internacionales para fomentar la libertad de credo y proteger a las minorías religiosas en países geopolíticamente frágiles. Hurd argumenta que estas iniciativas pueden generar tensiones y divisiones en lugar de superarlas, y que la diferencia religiosa se convierte en una cuestión de derecho que favorece las formas de religión autorizadas por los que están en el poder y excluye otras formas de ser y pertenecer. La investigadora enfatiza la importancia de considerar críticamente estos esfuerzos en el contexto de la política exterior estadounidense y la necesidad de comprender cómo la libertad religiosa asume diferentes formas en distintos lugares. En América Latina, la libertad religiosa plantea límites entre el derecho humano de la libertad de culto y la responsabilidad de las instituciones de proteger la dignidad de las personas y la democracia.
En décadas recientes Estados Unidos y sus socios europeos han intentado rehacer el marco legal de la religión en países marcados por la fragilidad geopolítica a través de una serie de iniciativas internacionales que se apoyan en la noción de que el fomento de la libertad de credo, el diálogo interreligioso, la tolerancia entre distintos cultos y la protección de las minorías religiosas son las claves para combatir la persecución y la discriminación.