Joseph Kennedy argumentó que el distrito escolar de Bremerton, en Washington, violó su libertad religiosa al impedirle orar con los estudiantes después de los enfrentamientos.
La Corte Suprema respaldó este lunes a un entrenador de football despedido de una escuela secundaria del estado de Washington por rezar en el campo junto a sus jugadores después de los partidos, un dictamen que puede llevar a una mayor aceptación de la expresión religiosa en las escuelas públicas.
Joseph Kennedy se convirtió en 2008 en entrenador asistente del equipo de football de la escuela secundaria de Bremerton y empezó a dirigir una breve oración en el campo después de que los partidos terminaran y los jugadores se reunieran en campo para saludarse.
El distrito escolar le indicó que debía buscar un lugar privado para rezar, pero él se negó y continuó con su práctica de arrodillarse y rezar en la línea de 50 yardas.
El distrito le dio una mala evaluación de rendimiento, y no solicitó la renovación de su contrato después de la temporada de football de 2015. Kennedy demandó al distrito escolar, alegando que había violado su derecho a la libre expresión y a la libertad religiosa.
Las cortes federales inferiores dictaminaron que, al rezar en un lugar tan prominente, estaba actuando como empleado público, y su conducta no estaba protegida así por la Primera Enmienda, que garantiza la libertad religiosa y la libertad de expresión, entre otras.
Esas sentencias citaron decisiones anteriores de la Corte Suprema que decían que cuando los empleados públicos actúan como tales están hablando más en nombre del Gobierno que en el suyo propio.
En los últimos años, la Corte Suprema, con mayoría conservadora, se ha inclinado por considerar hostiles a la expresión religiosa las acciones gubernamentales que antes consideraba neutrales y necesarias para mantener la separación entre la religión y el estado.
Una de las cuestiones del caso era si la decisión del entrenador de rezar en un lugar tan destacado, en la línea de 50 yardas, equivalía a un momento privado de agradecimiento o a una demostración pública de fe religiosa a la que sus jugadores podían sentirse obligados a unirse.
Kennedy instó a la Corte Suprema a considerar que estaba actuando en su propio nombre, expresando sus propias opiniones religiosas, y no actuando como portavoz de la escuela.
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Pero el distrito escolar dijo que los estudiantes admiraban a su entrenador y se sentían coaccionados a hacer lo que él hacía.
Kennedy, que vive ahora en Florida, dijo que si la Corte Suprema fallaba a su favor volvería a Bremerton y trataría de recuperar su puesto de trabajo como entrenador de fútbol a tiempo parcial.