Comentarios del Observatorio
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Los demandantes alegan que la actuación de la policía migratoria en iglesias y sinagogas ha desatado el miedo entre los feligreses y viola el derecho constitucional de la libertad religiosa
Según informa el diario EL PAÍS desde su corresponsalía en Washington, más de dos docenas de grupos religiosos cristianos y judíos, que aglutinan a millones de fieles en Estados Unidos, presentaron este martes una demanda en un tribunal federal del Distrito de Columbia en contra de la campaña de deportaciones de Donald Trump, que permite a los agentes de inmigración entrar en los lugares de culto para realizar las detenciones.
Los demandantes, entre los que se encuentran la Iglesia Menonita, la Iglesia Presbiteriana, la Iglesia Episcopal, la Red Nacional Latino Cristiana, la Conferencia Central de Rabinos Americanos y la Convención Bautista Hispana de Texas, denuncian que la intromisión de las fuerzas de seguridad en sus templos para detener a migrantes viola la Primera Enmienda de la Constitución, que garantiza la libertad de culto.
La demanda sostiene que la nueva política está generando miedo, lo que reduce la asistencia a los servicios de culto y otros programas eclesiásticos. El resultado es que se infringe la libertad religiosa de los grupos, específicamente su capacidad para atender a los migrantes, incluidos aquellos que están en Estados Unidos ilegalmente.
“La Biblia y la teología cristiana y la tradición de la Iglesia es clara y unánime, sobre la obligación de los cristianos de acoger, servir y proteger al inmigrante indocumentado entre nosotros. En nuestro compromiso de seguir las enseñanzas de Jesús, afirmamos el mandato y la responsabilidad de Dios de salvaguardar y nutrir a todos los hijos de Dios, sin excepción”, señaló Carlos Malavé, presidente de la Red Nacional Cristiana Latina, en una comparecencia conjunta ante los medios.
Trump había asegurado que las deportaciones se limitarían al comienzo a los migrantes con historial delictivo, pero la realidad es que cualquier indocumentado es susceptible de ser deportado. Y en cualquier lugar. El responsable de la policía de fronteras, bautizado por Donald Trump como «el zar de la frontera», Tom Homan, ya declaró que las deportaciones se harán “en todo el país, sin inhibiciones de ninguna directriz de la Administración anterior”.
El temor de los demandantes no se limita al allanamiento de sus servicios religiosos. Además de la guía espiritual, muchos de estos grupos ofrecen otros servicios a la comunidad, como clases didácticas, entrega de comidas, cuidado infantil, refugio y asesoramiento para los migrantes. El miedo a ser detenidos ya está causando absentismo.
El pastor Malavé subraya que los latinos son los más afectados. “En todo el país hay iglesias que han estado cancelando diferentes servicios, como clases de inglés como segunda lengua, porque la gente no puede correr el riesgo de ir a esos lugares en este momento”. “Mi madre, que tiene 84 años, tiene miedo hasta de ir a Walmart”, sostiene.