Denuncian “la presencia de grupos armados criminales que buscan sembrar el caos, el terror y la desestabilización por las calles de nuestro Ecuador”
Siguen sumándose voces desde sectores eclesiales frente a la situación de Ecuador, en esta ocasión, la Conferencia de Obispos, la Confraternidad Evangélica Ecuatoriana y la Iglesia luterana, hicieron un contundente llamado: “¡Es hora del Ecuador! ¡No hay tiempo que perder!”.
Al respecto han señalado que “la legítima manifestación de descontento, por la situación de abandono y de injusticia de estos días, es una expresión del camino que aún tenemos que recorrer como nación para atender a todos, especialmente a los más vulnerables”.
“Cada uno de nosotros somos responsables de haber mirado a otro lado cuando la salud, la educación, los alimentos, el salario justo no eran un bien de todos sino de pocos”, han mencionado.
Compromiso de todos
Asimismo han denunciado “la presencia de grupos armados criminales que buscan sembrar el caos, el terror y la desestabilización por las calles de nuestro Ecuador”.
Desde todo punto de vista “es injustificable que la búsqueda de mejores días para todos se contamine con la proterva intención de desestabilizar el orden democrático, legalmente constituido, sea desde la calle o desde los intereses de partidos o grupos”.
Por tanto, “es hora de que todos nos comprometamos a hacer de la fraternidad una verdadera acción política, de la sensatez y la verdad nuestra manera normal de actuar, de la paz y el diálogo nuestro único camino”.
Opción por la vida
Además han pedido a los gobernantes y gobernados “podamos hacer una opción por la vida, por la defensa de los más vulnerables, por el progreso en equidad para todos”.
Acotan que “cada cristiano, cada hombre y mujer de buena voluntad, cada ciudadano ecuatoriano no dejaremos de construir la paz y buscar la justicia”.
“Desde la atención pastoral, pero también desde las múltiples obras de las diferentes confesiones cristianas en salud y educación, nos comprometemos a poner en el corazón de nuestra acción la defensa de los derechos de los pueblos y comunidades indígenas y de todos los ecuatorianos, así como también a defender el orden constituido, como el único marco político y social para solucionar nuestras diferencias”, finalizaron.