Dos colegios en Cataluña de esta congregación religiosa pasan a ser privados tras perder la subvención de la Generalitat por separar a niños y niñas
Las escenas son las mismas de cada año: abrazos apretados, consejos de última hora, corrillos posteriores de los padres… Aparentemente, es un inicio de curso igual al de otros años en el colegio Viaró de Sant Cugat del Vallès (Barcelona). Pero no lo es. Los alumnos —todos varones y enfundados en pantalones grises y polo granate— cruzan las verjas de esta escuela vinculada al Opus Dei, que hasta ahora era concertada, pero que desde este curso ha pasado a ser privada. La Generalitat les ha quitado la financiación pública —junto a la escuela de Camp Joliu— por mantener una educación diferenciada y no escolarizar a niños y niñas en una misma aula. El miércoles, las familias expresaban su indignación por la decisión de Educación, aunque se mostraban tranquilas. “Hace tiempo que la escuela se lo esperaba y se estaba preparando para este momento. También está trabajando para que ello no repercuta en las familias. De momento no nos han subido las cuotas”, explica Cristina, una de las madres del centro.