Estados Unidos es un país multicultural. Sus más de 320 millones de habitantes crean un gran mosaico de lenguas habladas y creencias religiosas que se practican.
En la unión americana existen al menos 28 familias lingüísticas entre idiomas y lenguas indígenas que se hablan en la nación. Además del inglés, hablado por más de 215 millones de habitantes, el español (45 millones) Chino (2 millones), Francés (1,6 millones), Alemán (1,4 millones), Tagalo (1,2 millones), Vietnamita (1,01 millones) e Italiano (1,01 millones)) son los principales idiomas hablados en la nación. El navajo, el cheroqui y el choctaw son las principales lenguas indígenas que aún subsisten.
Desde los primeros días del colonialismo, cuando los inmigrantes británicos y alemanes iban a lo que hoy son los Estados Unidos, una de sus prioridades era la libertad religiosa, por eso la gran influencia que hoy tiene en la cultura estadounidense, en la vida social y en la política.
Algunas de las Trece Colonias originalmente fueron establecidas por colonos que querían practicar su propia religión sin discriminación: la Colonia de la Bahía de Massachusetts fue establecida por puritanos británicos (congregacionalistas), Pensilvania por los cuáqueros británicos, Maryland por los católicos británicos y Virginia por los anglicanos británicos.
Este fenómeno migratorio ha tenido gran influencia en el ámbito religioso en estos tiempos, con la presencia de una vasta oferta de culturas de Latinoamérica, en especial de México.
Un ejemplo de ello es la Iglesia La Luz del Mundo, cuya sede internacional está en Guadalajara, México, y que desde 1926, cuando comenzó su predicación, ha tenido un crecimiento significativo.
Es la Iglesia de origen mexicano de mayor crecimiento en Estados Unidos, afirma Samuel Gray, director de Relaciones Públicas de La Luz del Mundo en la Unión Americana.
Su presencia ha llegado a todos los estados de la unión americana, incluyendo Hawaii y Puerto Rico, comenta el pastor. Nuestro país se siente orgulloso de tener el mayor mosaico a nivel mundial en cuanto a habitantes, lenguas y creencias. La apertura de sus habitantes para respetar la creencia de cada quien, ha sido un factor determinante para esta multiculturalidad, es el sello de nuestra nación, concluye.