El Congreso chileno aprobó este miércoles continuar la tramitación del proyecto que busca despenalizar el aborto en tres circunstancias especiales, propuesto por la presidenta Michelle Bachelet hace ya dos años.
Desde entonces, avanza a paso lento en medio de una fuerte resistencia de conservadores y católicos.
La norma fue aprobada este miércoles en el Senado y ahora volverá a ser tratada en las comisiones parlamentarias de Salud y Constitución, iniciando una nueva etapa que podría extenderse por meses.
«En su segunda jornada de debate, la Sala del Senado aprobó por 20 votos favorables, 15 en contra y dos abstenciones la idea de legislar sobre la norma que regula la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales», informó la cámara alta.
El proyecto pretende legalizar el aborto en caso de violación, riesgo de vida para la madre o inviabilidad fetal, en uno de los pocos países donde la interrupción voluntaria del embarazo es ilegal en todas sus formas.
«Hemos llegado a un punto de nuestra institucionalidad que tiene que generar a las mujeres, a través de una ley, la posibilidad de optar y decidir sobre sus propias vidas en tres situaciones específicas y críticas», señaló la ministra vocera de gobierno, Paula Narváez.
Por su parte, la corporación por los derechos sexuales y reproductivos Miles festejó el voto conseguido en el Senado.
«Esta lucha aún no ha llegado a su fin, pues las comisiones del Senado comenzarán desde marzo a discutir tanto las tres causales como las indicaciones que sabemos se irán presentando para boicotear la iniciativa», puntualizó la organización.
El proyecto tiene un fuerte rechazo en varios sectores de la derecha y de distintas organizaciones religiosas, en especial la Iglesia Católica, en contrapartida a la mayoría de la población chilena que, según encuestas, lo apoya.
En Chile se registran unos 30.000 abortos provocados o espontáneos, según datos de organismos oficiales, pero no hay certeza del número que se realiza en la clandestinidad.
Hasta 1989 y por más de medio siglo, el aborto estuvo permitido en casos de peligro de muerte de la madre o inviabilidad del feto. Pero antes de dejar el poder, el exdictador Augusto Pinochet lo prohibió.
Médica de profesión, Bachelet impulsó en su primer mandato (2006-2010) la entrega de la «píldora del día después». En enero de 2015 envió al Congreso el proyecto de ley sobre el aborto.
