El instituto religioso deberá abonar un total de 25.000 euros por las intervenciones urbanísticas que realizó en el 2012 sin autorización
La comunidad de Iesu Communio deberá hace frente a una multa de 25.000 euros por la construcción de varias dependencias en el entorno del santuario de San Pedro Regalado, en La Aguilera, donde se encuentra este instituto religioso femenino. Una sanción que ya impuso el Ayuntamiento de Aranda de Duero en el mes de agosto del año 2012 -tan solo tres días antes de que caducasen sin posibilidad de retomarlos nuevamente- y a la que ahora deberán hacer frente tras la desestimación del recurso administrativo presentado por dicha agrupación.
«No se ha admitido su petición y deberán proceder a ejecutar el pago de la sanción», aseveró el portavoz del equipo de gobierno, Emilio Berzosa, tras la celebración de la Junta de Gobierno Local. «Se trata de cinco expedientes sancionadores por acometer obras sin licencia en diferentes actuaciones: pequeños locutorios, un edificio de celdas auxiliares, celdas de apoyo en la parte exterior y dependencias conventuales», enumeró.
Por cada una de estas intervenciones urbanísticas deberán desembolsar 5.000 euros. Cantidad que ya en el 2012 fijó el letrado urbanista al definir como «leves» dichas infracciones y optar por el grado medio de la multa, que oscila entre los 1.000 y los 10.000 euros, al no existir elementos agravantes ni atenuantes en el proceso de construcción emprendido.
Los edificios levantados junto al santuario son apreciables desde la carretera. Su impoluto color blanco choca con el negro pizarra de la cubierta de San Pedro Regalado. Además, las peculiares formas de los nuevos pisos aledaños recuerdan a las repetidas en las plazas de toros. Un aspecto que desentona con el paraje original y parece rodear al monumento.
Una visión que han reiterado expertos como la historiadora Zaparaín, quien expresó su oposición a estos cambios el pasado jueves en el curso de Patrimonio organizado por la Universidad de Burgos en Aranda de Duero. Sin embargo, también reconoció la «revitalización» que supuso la llegada de Iesu Communio.