Informe de Human Rights Watch
105 folios de extensión y más de 30 entrevistas en profundidad –incluyendo los testimonios de combatientes y familiares directos de las víctimas– componen el último informe presentado por Human Rights Watch (HRW) sobre el asesinato y secuestro de civiles a manos de grupos rebeldes en los alrededores de la ciudad de Latakia.
La investigación, llevada a cabo 'in situ' durante todo el mes de septiembre, recoge las presuntas masacres cometidas en la zona por brigadas insurgentes en los albores del 4 de agosto, en las que supuestamente 190 civiles fueron aniquilados y otros 200 secuestrados. De las aproximadamente 190 víctimas, hasta 67 fueron ejecutadas a sangre fría. Incluidas en la cifra total de decesos se cuentan también 57 mujeres, 18 niños y 14 ancianos.
"Ocho supervivientes y testigos describieron cómo Fuerzas de la oposición ajusticiaron a residentes y abrieron fuego contra civiles, en ocasiones matando o intentando hacerlo con familias enteras que estaban o en su casa o huyendo del ataque […]; otras veces fusilando al adulto al frente de la familia y tomando como rehenes a la esposa e hijos", detalla el dossier informativo.
El ataque conjunto de distintos pelotones insurrectos sobre la región de Latakia, eminentemente alauí y por tanto en principio fiel al Presidente Bashar Asad, se centró en la posición clave de Sheikh Nabhan para después extenderse a las localidades periféricas de Barouda, Nbeiteh, Al-Hamboushieh, Blouta, Abu Makkeh, Beyt Shakouhi, Aramo, Bremseh, Esterbeh, Obeen, y Kharata.
Según datos manejados por el grupo activista –con base formal en Nueva York–, hasta 20 batallones rebeldes participaron en el citado asalto, aunque sólo cinco de ellos habrían cometido estas atrocidades.
Los nombres de estos cinco, de sobra conocidos para los más avezados en el seguimiento de la guerra siria, son los sucesivos: el Frente Al-Nusra, el Estado Islámico de Irak y Levante (ISIL), Jaysh Al-Muhaijirin wa Al-Ansar, Ahrar Al-Sham y Suqour Al-Izz. Las dos primeras directamente dependientes de la marca Al Qaeda.
Es importante acentuar que ninguna de las fracciones extremistas islámicas que habrían intervenido en las matanzas opera bajo el paraguas del Consejo Militar Supremo del Ejército Libre Sirio (ELS), respaldado por Occidente y sustentado esencialmente con dinero de las potencias del Golfo de Arabia.
El informe señala también que a día de hoy el Estado Islámico de Irak y Levante y la Brigada Jaysh Al-Muhaijirin sigue reteniendo a prisioneros civiles.
24 horas después de los hechos relatados –el 5 de agosto–, el régimen sirio inició la reconquista de estos territorios que fueron completamente asegurados el 18 del mismo mes.
Imagen de una casa donde se cometió un presunto asesinato, en Latakia. Foto de HRW.
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