La alcaldesa del municipio acusa a la familia de exagerar todo lo ocurrido.
Denuncia por humillación pública de una menor. Es el argumento que esgrimió una familia de Sorihuela del Guadalimar para llevar su queja contra el párroco del municipio hasta el cuartel de la Guardia Civil de Castellar. El motivo que alegan es que el cura se “negó” a darle le comunión a su hija por no ir vestida “de forma adecuada”.
Los hechos se remontan al pasado 7 de agosto. La hija de Alfonsa Rubio, de 16 años, asistió al funeral del abuelo de un amigo, a las ocho de la tarde, en la parroquia de Santa Águeda.Según argumenta la madre, al acercarse a recibir la eucaristía, “le fue negada” por el párroco, Jesús Fernández Rodríguez. “Le dijo que no podía dársela porque no iba adecuadamente vestida”, critica. Este hecho produjo, según sus palabras, una “gran tensión ambiental” en el templo. Al acabar la misa, Alfonsa Rubio se acercó hasta la sacristía para hablar con el cura. “Le recriminé la situación tan vergonzosa y humillante en la que puso a mi hija, con la iglesia abarrotada, sobre todo, de mayores, que son los que habitualmente van a las misas, pero él se justificó con lo de la ropa”, relata la madre de la menor.
“Por entender que la comunión es un sacramento que no se le puede negar a nadie a no ser que se esté en pecado mortal, lo comuniqué al arcipreste de la zona y, a continuación, al vicario general de la Diócesis de Jaén, Francisco Juan Martínez Rojas”, continúa Rubio. Es más, el pasado 11 de agosto interpuso la denuncia ante el cuartel de la Guardia Civil de Castellar por “humillación pública a una menor de edad”. Ese mismo día, el médico le diagnosticó a la joven “ansiedad reactiva” a consecuencia de estos hechos, esgrime la madre. El deseo de la familia es que Jesús Fernández Rodríguez se disculpe en el mismo escenario en que se produjo el incidente.Tanto es así, que no tienen ninguna objeción en retirar la denuncia una vez que el cura se haya retractado.
Por su parte, fuentes del Obispado anunciaron a este periódico la intención de escuchar a todas las partes implicadas en el caso. Después de pedir disculpas por el dolor que se le haya podido ocasionar a la familia de Sorihuela del Guadalimar durante la celebración, el Obispado informa de que el obispo, Ramón del Hoyo, tiene prevista una reunión con el párroco, lo mismo que con la alcaldesa del municipio, Ana Belén Rescalvo, para escuchar sus versiones. Explica que los propios afectados fueron recibidos por Francisco Juan Martínez Rojas, un encuentro durante el cual, relatan las mismas fuentes, en ningún caso se puso en tela de juicio la labor que realiza el cura para colaborar con la comunidad, todo lo contrario. La queja, pues, se centró en los hechos ocurridos el 7 pasado 7 de agosto.
Finalmente, la alcaldesa del municipio acusa a la familia de exagerar todo lo ocurrido. “El párroco —que en septiembre hará un año que está en el municipio— es una excelente persona. Siempre está al lado de los vecinos que lo necesitan y ha puesto las cosas como tienen que ser”, defiende Ana Belén Rescalvo. La dirigente recuerda que son muchos los templos en los que los turistas deben taparse los hombros para poder entrar y que ella misma lo hace cuando tiene que acudir a misa. En cuanto a lo ocurrido, Rescalvo matiza que el párroco no se negó a darle la comunión, sino que le pidió que se cubriera los hombros y, después, regresase. Explica, además, que el cura ya avisó, en varias ocasiones, a la joven de que no podía acudir en tirantes a misa y considera “una provocación”, que lo hiciera el día del funeral.
Indumentaria. La madre defiende, a capa y espada, que su hija no iba vestida de forma poco apropiada. El cura colgó, en la entrada del templo, un cartel en el qué se indica que indumentaria no es adecuada para ir a la iglesia —tirantes o pantalón corto—.
firmas. Alfonsa Rubio recogió 279 firmas para denunciar los hechos ocurridos, para adjuntarlas al expediente. La alcaldesa, sin embargo, critica que estas firmas son de personas que residen fuera del municipio.
Vecinos apoyan al sacerdote
Son varias las voces que salen a favor de Jesús Fernández Rodríguez. Una comisión delegada —en la que participó, incluso, el juez de paz— acudió a reunirse con el vicario general de la Diócesis de Jaén, FranciscoJuan Martínez Rojas para defender la labor que el párroco realiza en el municipio, según explicó el Obispado. Agradecen y aplauden el hecho de que el cura se implica en el día a día de la comunidad y ayude a los más necesitados.
En la fotografía, la familia denunciante, a las puertas de la parroquia de Santa Águeda. La menor lleva el mismo vestido que el día en que ocurrieron los hechos denunciados. Joaquín Castillo
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