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De la «primaverización» de los árabes a «La inocencia de los musulmanes»

Se puede decir que el panfleto cinematográfico La inocencia de los musulmanes permitió sacar a la luz que el respeto de la dignidad humana es un concepto muy relativo

En el ámbito de las ciencias experimentales, la exploración de las propiedades de un material se suele realizar sometiendo una muestra a un reactivo determinado, la respuesta de la muestra a dicho reactivo permite determinar las características a menudo insospechadas del material.

Por sorprendente que pueda parecer, es lo mismo en el ámbito de las ciencias humanas.

A ese respecto, las reacciones políticas y sociales suscitadas por el bodrio islamófobo titulado La inocencia de los musulmanes son instructivas en más de un aspecto. Aunque de muy mala calidad, ese «reactivo» ha permitido sacar a la luz interesantes informaciones que conciernen tanto a los países «democratizadores» como a los países árabes «democratizados» por la gracia de una reciente primavera.

A modo de preámbulo vamos a precisar que, sean cuales sean sus actos, sus funciones o su pertenencia ideológica, es inaceptable que una persona sea arrojada a la venganza popular, torturada en la plaza pública o linchada por multitudes histéricas.

Además señalaremos que no hay nada más degradante que alegrarse de la muerte de un ser humano, deleitarse con las sórdidas escenas de su tortura o disfrutar humillándolo mancillándolo o haciendo escarnio de sus despojos.

Sólo hay que invocar a la justicia y seguir su curso conforme a las leyes y a los tratados internacionales vigentes.

Torturas, asesinatos y conductismo

La triste cara que presentó sinceramente Hillary Clinton  tras la abominable ejecución de su embajador en Libia contrastaba claramente con su impúdica (y también sincera) sonrisa de placer ante el anuncio del atroz linchamiento de Gadafi, cuando incluso se permitió expresar de forma indecente una cita de aire cesariano: «Vinimos, vimos, murió», que en realidad se refería más a la película Los cazafantasmas (1) que a la célebre fase de Julio César (2).

Más todavía, y al contrario que las del embajador estadounidense, las imágenes del antiguo «Guía» libio, masacrado y después exhibido como un trofeo de caza junto a su hijo coparon la red y las portadas de los telediarios de todo el planeta.

Dos sucesos deleznables parecidos pero dos tratamientos mediáticos en las antípodas uno del otro.

Por otra parte hay que señalar que la exhibición de los cadáveres de los dos miembros de la familia Gadafi no solo es absolutamente contraria a las reglas básicas de la justicia, sino también a los principios fundamentales de la religión musulmana y al respeto de la dignidad humana.

En términos judiciales, las personas que torturaron y asesinaron salvajemente a Gadafi son identificables puesto que aparecen a cara descubierta en los vídeos de Youtube y algunos de ellos incluso reivindicaron sus actos. Sin embargo a ninguno de ellos le ha reclamado ninguna jurisdicción y eso no ofende a nadie, ni en Libia, ni en Occidente, ni en ningún otro sitio.

El exprimer ministro libio Mahmud Jibril acaba de revelar otra teoría con respecto a la ejecución de Gadafi. Jibril declaró en Dream TV (Egipto) que el autor del tiro mortal «fue un agente extranjero infiltrado en las brigadas revolucionarias». Según el periódico italiano Corriere Della Sera, probablemente se trataba de un agente de nacionalidad francesa (3), lo cual implicaría directamente a Francia en el asesinato de Gadafi además de la ayuda militar aportada a ese país a los mismos insurgentes que torturaron al antiguo líder libio.

En el caso del asesinato del embajador estadounidense, la condena internacional fue unánime, lo que es absolutamente natural y de sentido común, al contrario de la actitud adoptada por la «comunidad internacional» con respecto a Gadafi y su espantoso final.

Por otra parte las autoridades libias entendieron la ira de Estados Unidos y se apresuraron a buscar a los culpables (4) y a rendir un homenaje público al difunto embajador con una ceremonia oficial (5).

Pero más allá de esta comparación macabra de los distintos tratamientos dados a dos personas asesinadas cruelmente, lo que llama la atención en este asunto es más profundo. En primer lugar, la reacción de la calle con respecto a la película islamófoba fue mucho más virulenta en los países árabes «primaverizados» que en los otros. Segundo, los clásicos y virulentos eslóganes antiestadounidenses han reaparecido en los países árabes «democratizados», mientras que habían desaparecido completamente de esos países desde el inicio de la «Primavera Árabe».

Libia

Ese brusco vuelco de la situación en esos países que deberían estar «muy agradecidos» a aquéllos que los «democratizaron» ha sorprendido a más de uno, en particular a la secretaria de Estado Hillary Clinton que, como sabemos, se implicó con fuerza en la tarea (6). «Muchos estadounidenses se preguntan, yo misma me lo pregunto, cómo ha podido suceder esto. ¿Cómo puede haber ocurrido esto en un país al que hemos ayudado a liberarse?, ¿en una ciudad cuya destrucción evitamos con nuestra ayuda?», declaró a propósito de Libia (7). Lo que la ha llevado a pedir específicamente a las «naciones de la Primavera Árabe» que protejan las embajadas estadounidenses y acaben con la violencia (8).

Eso está lejos de las ditirámbicas declaraciones del senador McCain quien, en una visita a Bengasi en abril de 2011 expresó su opinión sobre los insurgentes libios: «Me he entrevistado con esos bravos combatientes, no son de Al-Qaida. Al contrario, son los patriotas libios que quieren liberar su país. Debemos ayudarles a hacerlo» (9).

Y todavía más lejos de la posición de Bernard-Henry Lévy (BHL), defensor supremo de la «causa libia», de quien la periodista Natalie Nougayrède dijo: «y poco importan, según él, el pasado ‘gadafista’ de algunos miembros del CNT, las referencias a la Sharia e incluso la presencia entre los rebeldes de antiguos apoyos de Al-Qaida. A pesar de las preocupaciones nada desalienta al filósofo, gran vociferador contra el ‘islamo-fascismo’, de erigir a los insurgentes, en bloque, a la categoría de luchadores de la libertad» (10).

En efecto, digan lo que digan McCain y BHL, es del dominio público que antiguos miembros de Al-Qaida no solo fueron muy activos en la rebelión libia sino que además ocupaban posiciones de mando (11).

Algunos fueron miembros influyentes del Grupo Islámico de Combate Libio (GIC) que cuando fue avalado en 2007 por Ayman Al-Zawahiri en persona (número 2 de Al-Qaida en la época), hizo un llamamiento a los libios a rebelarse contra «Gadafi, Estados Unidos y los infieles» (12).

Quizá aquí hay un elemento de respuesta a la pregunta de Hillary Clinton.

Túnez

En Túnez, la reacción de la calle también fue violenta. No murió ningún diplomático extranjero, pero murieron algunos manifestantes tunecinos y en la capital saquearon la embajada estadounidense.

Como en Libia, se entendió la cólera estadounidense y la respuesta de las autoridades tunecinas no se hizo esperar.

Moncef Mazourki, el presidente tunecino denunció el ataque a la embajada estadounidense en Túnez y lo consideró un acto «inaceptable» contra un «país amigo». En una entrevista con la secretaria de Estado Hillary Clinton, declaró que «nosotros no confundimos lo que hizo ese hombre (el creador de la película) con lo que hacen la administración y el pueblo estadounidenses…» (13).

Por su parte el primer ministro tunecino, Hamadi Jebali, prometió arrestar a todos los salafistas implicados en los sucesos de la embajada estadounidense. «Tenemos las pruebas, tenemos la legitimidad y la fuerza pública, las utilizaremos para imponer el orden», se apresuró a señalar (14).

En una declaración en el periódico Al Hayet de Londres, el presidente del partido Ennahda, Rached Ghannouchi, por su parte, declaró que los ataques a las embajadas estadounidenses en los países árabes tienen el objetivo de romper el diálogo instaurado entre Estados Unidos y los islamistas (15).

Es interesante señalar que la firmeza y la unanimidad de las posiciones adoptadas por las más altas personalidades políticas del «nuevo» Túnez con respecto a los salafistas contrastan singularmente con la relativa mansedumbre con la que trataron a esas mismas personas en los numerosos casos de violencia que han marcado la vida social y política tunecina tras la caída de Ben Alí. A este respecto, el editorialista Abdellatif Ghorbal dice: «Por una parte [Ghannouchi] alentando a sus «muchachos» (con su complacencia, sus palabras y sus silencios) a que se metan con las mujeres que no llevan velo, los artistas, periodistas, catedráticos, intelectuales y teólogos y por otro lado invitando a los predicadores del odio que no tienen nada que envidiar a sus homólogos islamófobos occidentales e impidiendo con todas sus fuerzas que se aplique la más mínima sanción a su descendencia salafista. Cuando el bombero es un pirómano, es previsible que el país arda» (16).

Egipto

En Egipto la violencia recordó a los peores días de la plaza Tahrir. Los alrededores de la embajada de Estados Unidos en El Cairo fueron testigos de enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas del orden que habían bloqueado el acceso al edificio con bloques de hormigón. Como en los demás países, se consideró que los responsables de la violencia eran los salafistas. Por su parte, las cadenas de televisión mostraron las caras de personas arrestadas a las que se acusaba de matones a sueldo de no se sabe qué poder oculto.

El presidente Egipcio Mohamed Morsi, que procede de la influyente cofradía de los Hermanos Musulmanes, primero apoyó las manifestaciones pacíficas contra la película antiislámica y cambió de opinión cuando las protestas incendiaron las calles cairotas. Entonces condenó con firmeza los brutales ataques a la embajada de Estados Unidos en El Cairo (17).

En una comunicación telefónica con el presidente de Estados Unidos, Mohamed Morsi dijo que «hay que tomar medidas judiciales disuasivas contra todos aquéllos que quieren dañar las relaciones entre los pueblos, y en particular las del pueblo egipcio con Estados Unidos» (18).

Es obvio que esa declaración del presidente Morsi se parece extrañamente a la de Rached Ghannouchi citada antes.

Los Hermanos Musulmanes, por su parte, en principio llamaron a una manifestación pacífica en todo Egipto el 14 de septiembre de 2012, después de la oración del viernes, para denunciar la película islamófoba. La víspera, Khairat El-Chater, número dos y eminencia gris de la cofradía, se vio acusado por el portavoz de la embajada estadounidense de doble juego. En un sutil intercambio de «tuits» el diplomático señaló al islamista que predicaba el apaciguamiento en sus mensajes en inglés, pero llamaba a manifestarse en los que escribía en árabe (19). Un auténtico desaire para Khairat El-Chateur, quien debería haber sido el «verdadero» primer presidente civil de Egipto.

Entonces la cofradía retiró el llamamiento a las manifestaciones pacíficas. Otro desaire para los que se autoproclaman «defensores» del Islam y su profeta y que acaban de descubrir, una vez en el poder, que los principios religiosos y la razón de Estado no siempre se llevan bien.

Con el fin de complacer a la administración estadounidense y mantenerse a tono con los tiempos del islamismo «posprimaveral», Khairat El-Charter firmó un artículo en el New York Times con el fin de presentar las condolencias de los Hermanos al pueblo estadounidense por la pérdida de su embajador en Libia, así como sus colaboradores. Señaló además que «la violación de los locales de la embajada de Estados Unidos por parte de los manifestantes egipcios es ilegal según el derecho internacional» y que el «fracaso de la protección de la policía [egipcia] debería estudiarse», e incluso «a despecho de de nuestro resentimiento por la continua aparición de producciones como la película antimusulmana que ha llevado a la violencia actual, no consideramos al gobierno estadounidense o a sus ciudadanos responsables de los actos de algunos que violan las leyes que protegen la libertad de expresión» (20).

Hay que señalar que el presidente egipcio y la cofradía de los Hermanos Musulmanes de la que procede juegan fuerte en este asunto. Se trata efectivamente de un primer test a gran escala con respecto al mantenimiento del orden y la protección de los intereses de EE.UU. en el país. A cambio del apoyo y el soporte prodigados por la administración estadounidense a la cofradía islamista en el poder en Egipto (21), Estados Unidos espera (como mínimo) que la seguridad de su personal y sus representaciones diplomáticas esté garantizada. Lo que por otra parte también es el caso de todos los países árabes afectados por la famosa «Primavera» y en los que las manifestaciones intempestivas, inesperadas y antiestadounidenses desconcertaron al departamento de Estado y a su secretaria.

En el caso de Egipto el momento en que se produjeron las revueltas públicas ha causado preocupaciones adicionales.

En efecto, en un artículo publicado por el Washington Post, A. Gearan y M. Birnbaum señalan que «las violentas manifestaciones desencadenadas por la película antiislamista y la respuesta inicialmente torpe de Egipto han interrumpido temporalmente las negociaciones [Entre Estados Unidos y Egipto] con respecto a un alivio de la deuda egipcia de 1.000 millones de euros y sobre la aceleración de la obtención de varios millones más en diversas ayudas» (22).

Por otra parte, del 8 al 11 de septiembre de 2012, la capital egipcia recibió a una importante delegación comercial que agrupaba a más de 118 representantes de una cincuentena de empresas estadounidenses, entre ellas IBM, Pepsi, Coca-cola, Chrysler, Google, Microsoft, Visa, etc. (23).

Dicha delegación estadounidense, la más importante que ha visitado un país de Oriente Medio hasta la fecha, fue recibida por el presidente Morsi el 9 de septiembre. Sin embargo, las manifestaciones antiestadounidenses en Egipto comenzaron el 11 de septiembre, es decir, el mismo día de la clausura de los trabajos de la misión comercial, lo que no debió de dar una imagen atractiva del país anfitrión a esos ejecutivos que parecían interesarse por el mercado egipcio.

La «lucidez» de un famoso telepredicador

Ciertamente el retrato de la situación resultaría incompleto sin la opinión de Youssef Al-Qardaoui, el predicador estrella de la cadena Al-Yazira y presidente de la Unión Mundial de los Ulemas Musulmanes. Miembro influyente de la cofradía de los Hermanos Musulmanes, Al-Qardaoui dedicó su sermón del viernes 14 de septiembre de 2012, en una mezquita de Doha, a la ira de los musulmanes de todo el mundo. «Aconsejó» a los fieles que quisieran protestar por la película ofensiva del Islam producida en Estados Unidos que «se alejasen de la violencia y no asediasen las embajadas estadounidenses» (24).

Esta postura muy «civilizada» y benevolente hacia los intereses estadounidenses rompe considerablemente con sus llamamientos al asesinato de Gadafi y sus exhortaciones a la yihad contra el régimen de Bachar Al-Assad.

Recordemos que Al-Qardaoui, de origen egipcio, posee un pasaporte diplomático catarí, que Sarkozy en persona le prohibió la estancia en Francia en marzo de 2012 (25), que en 2008 le negaron el visado para Gran Bretaña (26) y que tiene la consideración de persona non grata en Estados Unidos (27).

Finalmente se puede decir que el panfleto cinematográfico La inocencia de los musulmanes permitió sacar a la luz que el respeto de la dignidad humana es un concepto muy relativo, al contrario de lo que se dice a menudo en las ceremonias pomposas, en Occidente o en otros lugares. Por otra parte ha mostrado que los gobiernos islamistas que en la actualidad ejercen en poder en los países afectados por la «Primavera Árabe» se comportan como vasallos del «gran amigo» estadounidense para conservar sus favores y no exacerbar su cólera. Lo que parece indicar que en realidad la citada «Primavera» no ha cambiado el sometimiento de esos países a Estados Unidos.

Sin embargo, hay un aspecto importante del problema planteado por la película islamófoba que los occidentales (y los estadounidenses en particular) no parecen haber querido comprender: Que ese bodrio no insultó solo a los salafistas, sino a la mayoría de los musulmanes de todo el mundo aunque esa mayoría no se manifieste, ni grite, ni destroce nada.

Notas:

(1) « We came. We saw. We kicked its ass », (vinimos, vimos, le dimos una patada en el culo), expresión sacada del diálogo de la película Los cazafantasmas. Ver la web Dedefensa: « We came, we saw, he died» (mais, “Assez, c’est assez”…) , 21 de octubre de 2011.

(2) «Veni, Vidi, Vici» (Vine, vi, vencí). Célebre expresión pronunciada por Julio César.

(3) Lorenzo Cremonesi, « Un agente francese dietro la morte di Gheddafi », Corriere Della Sera, 29 de septiembre de 2012.

(4) AFP, « Libye: cinquante arrestations après la mort de l’ambassadeur américain », Jeune Afrique, 16 de septiembre de 2012.

(5) RFI, « La Libye rend hommage à l'ambassadeur américain tué à Benghazi », 21 de septiembre de 2012.

(6) Ahmed Bensaada, « Arabesque américaine: Le rôle des États-Unis dans les révoltes de la rue arabe », Michel Brûlé, Montreal (2011); Synergie, Argel (2012).

(7) IIP Digital , « Declaración de Hillary Clinton sobre la muerte de personal de seguridad en Bengasi (Libia) », 14 de septiembre de 2012.

(8) Joe Sterling y Greg Botelho, « Clinton demands Arab Spring nations protect embassies, halt violence» , CNN, 14 de septiembre de 2012.

(9) John McCain, « Statement by Senator McCain in Benghazi, Libya» , senate.gov, 22 de abril de 2011.

(10) Natalie Nougayrède, «BHL, porte-étendard libyen» , Le Monde, 8 de noviembre de 2011.

(11) Jean-Pierre Perrin, «Abdelhakim Belhaj, le retour d’Al-Qaeda» , Libération, 26 de agosto de 2011.

(12) Ibid.

(13) AFP , «Film anti-islam: le monde arabe a vécu un vendredi sanglant» , Le Parisien, 14 de septiembre de 2012.

(14) Tunisie Numérique , « Tunisie: Jebali promet d’arrêter un à un les salafistes impliqués dans les événements de l’ambassade US », 28 de septiembre de 2012.

(15) Bissane El-Cheikh, « Ghannouchi à al-Hayat: attaquer les ambassades est un complot visant à stopper le dialogue de l'Amérique avec les islamistes », Al Hayat, 30 de septiembre de 2012.

(16) Abdellatif Ghorbal, « Les enfants de Ghannouchi ne sont pas Tunisiens », Leaders, 19 de septiembre de 2012.

(17) Catherine Le Brech, « L’attitude mouvante de Mohamed Morsi après les violences », FranceTV, 14 de septiembre de 2012.

(18) Le Nouvel Observateur , « Mohamed Morsi condamne l'attaque contre la mission US au Caire », 13 de septiembre de 2012.

(19) Benjamin Barthe, « Prise de bec sur Twitter entre l'ambassade américaine et les Frères musulmans égyptiens », Le Monde, 13 de septiembre de 2012.

(20) Khairat al-Chater, « Our Condolences, the Muslim Brotherhood Says », The New York Times, 13 de septiembre de 2012

(21) Ahmed Bensaada, « Égypte: des élections présidentielles sous haute influence », Le Quotidien d’Oran, 28 de junio de 2012.

(22) Anne Gearan y Michael Birnbaum, U.S. aid to Egypt stalled , The Washington Post, 17 de septiembre de 2012.

(23) American Chamber of Commerce, « U.S. Business Mission to Egypt. List of Participating U.S. Companies ».

(24) AFP, « Al -Qardaoui, sont dans l’erreur ceux qui tuent les ambassadeurs et répondent par la violence aux insultes contre l’islam », Elaph, 14 de septiembre de 2012.

(25) Georges Malbrunot, « Sarkozy contre la venue de Youssef Al-Qaradawi », Le Figaro, 26 de marzo de 2012.

(26) BBC News , « Muslim cleric not allowed into UK », 7 de febrero de 2008.

(27) Middle East Online, « Qaradawi ‘persona non grata’ in France », 26 de marzo de 2012.

Traducido del francés para Rebelión por Caty R.

Ahmed Bensaada, doctorado en Física, profesor y escritor argelino, vive en Canadá desde hace 22 años. Enseña Física en escuelas e institutos, escribe artículos políticos y sociales en diversas publicaciones y es autor de varios libros. Su web es: http://www.ahmedbensaada.com/

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