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Cuba: Activistas llaman a no ser indiferentes ante el fundamentalismo religioso

Activistas, personas de fe y especialistas en Cuba opinan que el fundamentalismo religioso socaba derechos de las personas y llaman a no ser indiferentes.

“El fundamentalismo religioso nos afecta a todos, por eso tenemos que darnos las manos y conocer, saber lo que está pasando para salir adelante”, dijo la pastora cubana Elaine Saralegui durante el panel “Sexualidades no hegemónicas, derechos humanos y fundamentalismos religiosos”, realizado en La Habana el pasado 13 de diciembre.

El panel formó parte de la VI Jornada socioteológica identidades sexuales y de género no hegemónicas, que organiza el colectivo Abriendo Brechas de Colores desde 2014 y que se suma en esta edición al programa de actividades del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) en la Jornada Cubana por la no Violencia hacia las mujeres y las niñas.

Las Jornadas socioteológicas promueven el debate sobre temas invisibilizados, como las identidades trans, las teologías feministas y queers. En esta ocasión, propuso un acercamiento a los fundamentalismos religiosos que han emergido con más fuerza en las redes sociales y el escenario público cubano, a partir de la reforma constitucional.

La oposición a dos artículos del proyecto de Constitución ha unido a sectores conservadores del ámbito religioso en Cuba. El primero de ellos es el artículo 40, que incluye la orientación sexual y la identidad de género entre las causales por las que se prohíbe la discriminación; el segundo de los artículos es el 68, que reconoce el matrimonio como la unión legal de dos personas con aptitud legal para ello y abre la puerta al matrimonio igualitario.

Además de la defensa del modelo heteropatriarcal con la campaña “Estoy a favor del diseño original. La familia como Dios la creó”, 21 líderes de iglesias cubanas firmaron una carta pública contra el matrimonio igualitario y, según informaron en Facebook, han reunido 179.809 firmas de feligreses de todo el país para frenar su posible aprobación.

Pero estos derechos son la única bandera de los sectores fundamentalistas. También han desembarcado los ataques a la “ideología de género”, término que se utiliza para simplificar, descontextualizar y manipular los aportes del feminismo y la perspectiva de género, oponiéndose a la educación integral de la sexualidad.

Aunque las manifestaciones y campañas de estas iglesias y denominaciones han pasado ajenas a los medios nacionales, en las redes sociales y páginas web se comparten carteles contra el matrimonio igualitario, imágenes y videos para generar matrices de opinión contra el reconocimiento de los derechos de las personas homosexuales y transgénero en Cuba.

Para Adiel García Pérez, profesor de Derecho en la Universidad de Matanzas, el matrimonio es solo la punta de lanza de un movimiento que articula otras discriminaciones vinculado a la teología de la prosperidad.

“Cuando lees un poco sobre teología de la prosperidad, te das cuenta de que hay un discurso liberal bastante fuerte que estimula la opción individual sobre la colectiva, que pone todas las expectativas en el triunfo económico y lo asocia con la gracia de Dios. Con esto viene detrás una estrategia de privatizaciones”, declara García Pérez a SEMlac.

Precisamente, las miradas críticas al fundamentalismo religioso y las experiencias latinoamericanas revelan su alineamiento con el conservadurismo, el neoliberalismo y el imperialismo.

“El fundamentalismo religioso es la llave que opera el patriarcado y el imperialismo”, dijo en el encuentro la pastora trans Alexya L.
Desde su experiencia en Brasil, la pastora compartió sobre los grados de violencia extrema de los fundamentalismos religiosos en su país y su influencia política en el país sudamericano.

Durante el debate trascendió que los fundamentalismos religiosos atraviesan a varias denominaciones cristianas en Cuba; los identifica una lectura literal y selectiva de los textos bíblicos, el uso de mensajes simplistas y sensacionalistas, el empleo de las redes sociales virtuales, un proselitismo intenso dedicado a las juventudes y vinculado a la asistencia social de sectores vulnerables como personas pobres y de la tercera edad.

Hacerle frente con pensamiento crítico y unidad
Ante las imágenes y videos que circulan por redes virtuales y de mano en mano, muchas personas no dan crédito al desembarco del fundamentalismo religioso y sus postulados en Cuba, un país que se enorgullece por los altos niveles de instrucción y los resultados alcanzados en materia de igualdad de género.

Pero un análisis más profundo revela que de manera silenciosa el fundamentalismo religioso llegó al país hace ya unos cuantos años, principalmente en la pasada década de los noventa, cuando la nación sufrió una profunda crisis económica y social, cuyos ecos llegan al presente.

Saralegui, pastora de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana de Cuba, cree imprescindible “ubicar al país dentro del contexto global y latinoamericano, donde se están socavando los movimientos de izquierda y está emergiendo el fundamentalismo religioso con mucho empuje, porque tiene fuerza económica, aglutina personas y cuenta con campañas comunicativas fuertes”.

Durante el encuentro se compartieron aprendizajes regionales sobre errores y el repliegue de fuerzas progresistas, los impactos de los cambios en el liderazgo y también los intereses de políticas imperiales que se apoyan en los fundamentalismos religiosos.
En el ámbito nacional, se suma a estos análisis la relación entre gobierno socialista e iglesia. García Pérez ubicó como nudos importantes la relación entre Estado laico y libertad religiosa.

“El Estado no es neutral; para garantizar la libertad de conciencia y expresión de todas las personas en igualdad de condiciones necesita tener una posición más activa. No puede permitir que se privilegien unas instituciones sobre otras, porque hay puntos de partida diferentes en el orden organizativo, patrimoniales y legales”, expuso el profesor de la Universidad de Matanzas, a 104 kilómetros de La Habana.

Según el académico cubano, las leyes actuales no son suficientes para hacerle frente al fundamentalismo religioso, por eso se suma a las voces que abogan por una Ley de culto en la isla, “que regule no solo la inscripción de las instituciones religiosas, sino también el ejercicio de la libertad de culto y la libertad de propaganda”.

Conocer, visibilizar y articular fueron propuestas repetidas durante el debate. Avanzar en un pensamiento crítico que permita ser conscientes de los diversos escenarios del fundamentalismo es un paso a favor del pluralismo y el diálogo.

Pero los colectivos y activistas también apuestan por reivindicar conceptos secuestrados, apostar por la iniciativa pública y comunicativa a favor de los derechos y trabajar en red. Para emprender ese camino, se identifican varias fortalezas que tienen como punto común los sentidos de justicia social alcanzados en la nación caribeña.

“Cuba es un país donde no se naturaliza la injusticia y eso me da aliento. Mantenemos una vocación humanista, producto de los procesos de transformación social y política que ha vivido el país a lo largo de su historia. Además, nuestras disputas no son las mismas de otros contextos, todavía no nos estamos disputando la vida porque los niveles de radicalización de los fundamentalismos no son los mismos, pero tenemos que mirar críticamente”, declara García Pérez a SEMlac.

Por su parte, Saralegui agrega como fortaleza la separación entre la iglesia y el Estado en el proceso revolucionario cubano durante los últimos 59 años.

“Ser un pueblo con ideales socialistas y de justicia social nos permite visualizar qué está mal, aunque el cómo resolverlo sea más difícil. También contribuyen el ateísmo y la pluralidad que nos han brindado diferentes espiritualidades, como las religiones afrocubanas”, apunta la teóloga feminista.

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