El teniente general Manuel Fernández Posse, capitán general de la VIII Región Militar desde septiembre de 1978, en su primera ofrenda al apóstol Santiago, el 30 de diciembre del mismo año, pidió la protección del Apóstol para superar con éxito el período de transición y lograr «la paz, la tranquilidad, la libertad, el orden, el respeto, la justicia y la prosperidad». En largos años de ofrendas oficiales al Apóstol fue la primera vez que se invocó en términos parecidos la protección para obtener la libertad.La ceremonia de la ofrenda de España al apóstol Santiago fue instituida en tiempos del rey Felipe II y se conmemora en dos fechas distintas, el 25 de julio, aniversario de la batalla de Clavijo en la que hizo su aparición el apóstol Santiago en ayuda de los cristianos, y el 30 de diciembre, fecha en la que se conmemora el traslado de los restos del apóstol.
Las ofrendas oficiales al apóstol son llevadas a cabo tradicionalmente por el capitán general de Galicia, en nombre del jefe del Estado, aunque en varias ocasiones ha sido el capitán general de la Zona Marítima de Cantábrico el encargado de renovarla.
Las declaraciones del teniente general Fernández Posse, con ocasión de la ofrenda al apóstol en diciembre del pasado año causaron reacciones contrarias en medios ecologistas españoles. En dichas declaraciones, el capitán general de Galicia pedía que cayera el «peso de la ley contra los terroristas que, además de asesinar a miembros del orden y militares, desarrollan acciones que tienden al empobrecimiento de la Patria, como la quema de los montes y la campaña contra las centrales nucleares». La Federación de Amigos de la Tierra hizo pública una nota en la que expresaba su indignación por la vinculación al terrorismo y al empobrecimiento de la Patria de las campañas antinucleares.
Manuel Fernández Posse ascendió al empleo de teniente general en marzo de 1978. Anteriormente había sido gobernador militar de Asturias y estuvo algún tiempo sin destino, hasta su nombramiento de capitán general.