Amnistía Internacional ha pedido al Senado belga que se oponga a la prohibición del velo integral. La organización pro derechos humanos cree que el paso dado el jueves por el Parlamento atenta contra la libertad de expresión y de religión.
Los diputados aprobaron ayer por amplia mayoría un proyecto de ley que prohíbe el uso del burka y el niqab en lugares públicos.
Para David Nichols, de Amnistía Internacional, la medida está siendo presentada como un acto para combatir la discriminación contra las mujeres, pero se trata de una disciminación en sí misma. “Vulnera los derechos individuales a la libertad de expresión y de religión, y sienta un peligroso precedente para otros países europeos” añade.
La apobación del texto se produce en medio de una grave crisis política en Bélgica. La normativa ha puesto en pie de guerra a varios sectores de la comunidad musulmana.
La vicepresidenta del Consejo de Musulmanes belgas, Isabelle Praile, dice que para ella el burka es algo que no existe ahí. “Es algo que encontramos en Afganistán. Dado que Bélgica y el Gobierno están en plena crisis, creo que es la expresión de un ensañamiento de los políticos hacia una minoría de ciudadanos de confesión musulmana”.
De obtener el respaldo del Senado, Bélgica se convertirá en el primer país europeo que prohíbe el uso del velo integral islámico. En Francia, se debate una ley similar que podría ser adoptada en septiembre.