Descargo de responsabilidad
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El Observatorio recoge toda la documentación que detecta relacionada con el laicismo, independientemente de la posición o puntos de vista que refleje. Es parte de nuestra labor observar todos los debates y lo que se defiende por las diferentes partes que intervengan en los mismos.
Interesados en plantear qué puede ofrecer la Masonería al presente, a este mundo tan complejo, lleno de problemas y dificultades, comenzamos por uno de los trabajos que los masones tienen encomendados, la lucha contra el fanatismo, por ser contrario a sus principios.
Y nada como bucear en la riqueza de los materiales masónicos del pasado para tratar sobre esta lacra del pasado y del presente. Para ello acudimos a una de nuestras obras favoritas, el Diccionario Enciclopédico de la Masonería de Lorenzo Abreu i Abrines, y de Rossend Arús, publicado en 1883.
En el mismo se nos dice que el fanatismo es una pasión condenada por las doctrinas de la Orden, es decir, de la Masonería.
Sería un celo ignorante y ciego, “llevado hasta el frenesí”. El problema era, y ya lo veían estos dos autores, que el fanatismo excitado y dirigido por “manos expertas” era un instrumento terrible y desastroso de las pasiones políticas y religiosas. Así lo venimos viendo en la historia y en el presente.
El fanatismo procedería de la ignorancia, y como buenos masones decimonónicos, creían que su excitación procedía de la “fe religiosa”, al rechazar el “libre arbitrio y el razonamiento”. En todo caso, decían que el espíritu moderno había obligado al fanatismo a doblegarse o a esconderse tras las leyes, mientras que la Masonería trabajaba constantemente contra el fanatismo.
Hoy podríamos decir que el fanatismo no es una exclusiva de las religiones, ni mucho menos, pero no podemos negar que mucho del mismo procede tanto en nuestro supuesto mundo civilizado como en el que no disfruta de nuestro bienestar de las versiones fundamentalistas de las grandes religiones monoteístas.
Así pues, fíjense ustedes, los masones intentan combatir el fanatismo.
Seguiremos.