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Contribución del Círculo de Librepensamiento de Bélgica a la consecución de una verdadera escuela laica

Contrariamente a la Francia donde la Revolución Francesa de 1789 abrió la puerta a la creación de la instrucción pública laica, nada de eso sucedió en Bélgica.

La revolución belga de 1830 en ese país desembocó en una monarquía constitucional tanto como en reconocimiento de ciertos cultos, una enseñanza privada confesional ( esencialmente católica) y su financiamiento por el Estado. Hoy, la ofensiva clerical mundial se traduce en Bélgica en el hecho que la Iglesia católica no cesa de reconquistar el monopolio integral de la educación que tenía en el origen, por defecto de imponerse siempre más como actor primordial en la enseñanza pública. A esos efectos, utiliza dos apalancamientos:

El primero es el aumento de las subvenciones públicas atribuidas a su enseñaza confesional ( denominada “libre”) lo que leva a un desfinanciamiento de la enseñanza pública no confesional ( y denominada “oficial”) . De esta manera, en 2011, la escuela confesional volcó en su provecho la mitad del presupuesto total de la enseñanza en la parte francófona del país. Para ella sola, la Iglesia católica obtiene para su escuela la arrasante mayoría de los presupuestos destinados a la escuela denominada “libre”.

El segundo, menos visible pero absolutamente omnipresente, es el de controlar la organización de la enseñanza pública y  tener peso sobre los contenidos de los programas escolares. Los recientes desarrollos sobre cursos llamados “filosóficos” son la mejor ilustración actual.

Algunas anotaciones históricas

En el origen de Bélgica

1830: Impuesta por las potencias europeas – y no resultando de un movimiento nacional, popular –  el Estado belga, Estado artificial, fue constituido anti-democráticamente a partir de un compromiso entre las fuerzas sociales dominantes: propietarios de la  tierra, capitalistas, y la Iglesia católica. Esta última obtenía la libertad de cultos, la libertad de enseñanza y su financiamiento por parte del estado. La Iglesia católica reforzaba así su peso y sus ventajas en las instituciones. Los “liberales” obtenían la libertad de opinión y de prensa. El Congreso de 1830, elegido según un sufragio por aquellos que eran contribuyentes de impuestos y por los que adquirían una capacitación, dio nacimiento a un Estado burgués dotado de una monarquía constitucional hereditaria.

Aunque disguste a quienes lo pretenden, es falso afirmar que la Constitución monárquica, liberal, estableció la separación entre la Iglesia y el Estado. La prueba, a modo de ejemplo, es que aún hoy: la fiesta nacional comienza con un Te Deum con la presencia del rey, el jefe de Estado y los miembros del gobierno; el rey se arrodilla frente al Papa: el rey rehusa firmar la ley que permita el aborto en nombre de sus convicciones católicas; la prioridad dada a los cardenales sobre los miembros del gobierno en el orden protocolar; el ministro de Defensa acompaña a militares a Lourdes; la subvención masiva de la enseñanza calificada de “libre” pero en realidad enseñanza privada católica; o aún más recientemente la ingerencia del Estado en la organización del culto mahometano.

1842. La enseñanza pasa sobre la cúpula de la Iglesia, las escasas escuelas públicas existentes son colocadas bajo su tutela. Estas deben organizar un curso de religión dado por el clero. “Nada de enseñanza, sobretodo, nada de enseñanza primaria sin educación moral y religiosa y entendemos por enseñanza religiosa, la enseñanza de una religión positiva. Rompamos con las doctrinas
políticas del Siglo 18 que habían pretendido secularizar completamente la instrucción y constituir la sociedad sobre las bases puramente racionales” exclamaba J-B Nothomb, primer ministro de la época.

La primera “guerra escolar”

1879-1884.Esta comienza sobre el terreno de la escuela primaria , por la ley Van Humbeek , llamada “ ley del malestar” por los católicos que obliga a cada comuna a organizar una escuela neutral, prohibida la subvención de las escuelas privadas confesionales y suprime la enseñanza de la religión. La reacción del Partido Clerical (Partido Católico) a esta ley fue extremadamente violenta. En nombre de los “ derechos de la Iglesia”, reafirma el “derecho divino de intervención en la escuela donde se realiza la educación de la infancia y la juventud cristianas para imprimirle un carácter moral y religioso”. Vuelto al poder en 1884, el partido católico financia masivamente las escuelas primarias católicas y desmantela las escuelas primarias públicas.

Mientras, frente al surgimiento en el poder del movimiento obrero con la fundación del Partido Obrero Belga en1885 y la constitución, el mismo año, de la Federación Nacional de Librepensadores, el partido clerical será forzado a compomisos tales como la gratuidad de la enseñanza, en 1911; la enseñanza obligatoria de 6 a 12 años, en 1914,etc.

La segunda “guerra escolar”

1951-54. La mayoría parlamentaria católica desencadena una ofensiva que va a dar lugar a la “segunda guerra escolar”, esta vez en la enseñanza secundaria. No será más en nombre de los “derechos de la Iglesia” pero en nombre de la “libertad de elección del padre de familia” que se aumenta masivamente las subvenciones de las escuelas confesionales, instaura estructuras consultivas paritarias (privado-público) competentes, ciertamente en los programas, los métodos pedagógicos pero también en la decisión de la creación de escuelas públicas o privadas. La Iglesia puede intervenir en la organización y el funcionamiento de la enseñanza pública y reafirma el rol complementario que le asigna a la enseñanza pública!

1954-58. Vuelta al poder, la coalición liberal-socialista no remueve totalmente el financiamiento público de la escuela católica y acepta importantes concesiones a favor de ésta. Pero no es suficiente para la Iglesia, el Partido Clerical y la CSC (sindicato cristiano) por lo que lanzan un movimiento de huelga contra esas medidas. La “segunda guerra escolar” terminará por la conclusión de un “Pacto escolar”.

El Pacto escolar

1958. negociado entre tres partidos (socialista, cristianos y liberales) este pacto obliga al estado:

  • A financiarlas escuelas privadas confesionales en cuanto a gatos del personal y también una amplia parte de los gastos de funcionamiento
  • Y obliga a las escuelas públicas a organizar la enseñanza religiosa.

La enseñanza católica sale vencedora  en este pacto.

En 1998, en ocasión de una revisión constitucional, el pacto escolar se “constitucionalizó”, rearmando las posiciones del pilar católico y de su enseñanza. Lo que para los laicos fue considerado como un atraso importante  en el combate por la laicidad de la escuela pública y del Estado.

En 1992, la enseñanza confesional es asimilada a un servicio público funcional sin ser obligada a cumplir las leyes del servicio público.

El inmovilismo, por no decir más, de los representantes oficiales de la laicidad consagró esta interpretación.

Hasta hoy, ese “Pacto escolar” organiza la Escuela en Bélgica.

Lejos de consagrar una cierta paz escolar, es sobre él que se sostiene la enseñanza confesional, muy mayoritariamente católica, para siempre obtener más privilegios y claramente un aumento de su subvención.

De esta forma, el objetivo de V. Jacobs, ministro católico del interior, en 1884:
“El Estado debe, en materia de enseñanza, preparar su propia destitución” se realiza progresivamente.

Este objetivo está siempre en la agenda de las fuerzas clericales. Los últimos acontecimientos de este año 2015 toman lugar en esta historia de enfrentamientos que veremos más adelante.

En este contexto, el combate por una verdadera laicidad y particularmente de la enseñanza pública, laica (lejos de ser exclusivo) es más que nunca necesario en Bélgica.

Neutralidad o laicidad?

Según lo que precede, se podría hacer la pregunta de la laicidad en Bélgica y responder: no existe! Nunca existió!(o muy ocasionalmente) y continúa sin existir.

Numerosos combates han sido llevados por los laicos. De algunos han quedado algunas conquistas en el dominio de las “cuestiones éticas” (fin de la vida en dignidad, IVG,etc.). Sin embargo, la laicidad institucional, es decir aquella donde no puede haber lugar para la expresión de opiniones religiosas, antirreligiosas o metafísicas en la esfera pública, no se ha concretado ni en la ley ni en los hechos, en Bélgica. El ejemplo de la Escuela lo prueba.

Lo que existe es la denominada “neutralidad” basada en un reparto de influencias, de una coexistencia tanto pacífica como tensa entre los diversos “pilares”: pilar socialista, católico y liberal con su sindicato, sus mutuales, sus diversas organizaciones( Juventudes obreras cristianas, Mujeres socialistas, antiguamente  las cooperativas, etc.) , sus círculos, su universidad o escuelas superiores, sus centros de estudio ( de los que algunos tienen una influencia mayor),etc.

Este sistema “a la belga” mantiene los diversos territorios sociales, ideológicos, conviccionales, ,etc. en una suerte de coexistencia – a veces conflictiva –para que cada uno sea oficialmente reconocido. Así se expresaba, en 2005 P. Damblon, presidente del Centro de Acción Laica (CAL): “(…) Cuando hay una ceremonia nacional importante el Cardenal está presente, a su lado, está el Presidente del sínodo protestante, a su lado, el el Presidente de la organización judía que representa la religión judía de nuestro país, a su lado está el Presidente del Centro de Acción Laica que se encuentra allí como un par más. Hay un reconocimiento de hecho de la Laicidad filosófica.”

Reconocimiento de hecho, por tanto reconocimiento oficial por tanto subvención por parte del Estado. Es lo que pasa cuando el CAL reivindica y obtiene la subvención de sus consejeros en las cárceles, “al lado” de clérigos católicos, “al lado” de clérigos protestantes, “al lado” de clérigos musulmanes, todos subvencionados. ¿Pero no se trataría de una misión de servicio público? Es necesario que , como algunos dicen, que estos consejeros “lleven un número en el dorso”(como los deportistas) ¿No es la acreditación por CAL de una intrusión de la esfera convencional en la esfera pública y que desacredita la reinvindicación de no subvención de cultos? Claude Javeau habla con justicia de la laicidad eclesiástica.

Bien entendido, el Estado burgués que no es idiota, abre el portafolio, porque entendió bien la oportunidad de ese sistema de coexistencia y de neutralidad garantizando un “pacto social”, como otro “pacto escolar” del que hablábamos antes. Bélgica es el país  de los pactos y de los compromisos.

En el Círculo del Librepensamiento – Kring loor het Vrije Denken (CLP-KVD) pensamos que el CAL, la mayor representación “oficial” de la laicidad en Bélgica, se encuentra comprometido en esa vía de reconocimiento que produce el renunciamiento a la laicidad institucional. Pensamos que esa vía es un impasse pues, según nosotros, paraliza el combate a favor de una laicidad digna de ese nombre y conlleva compromisos.

Una ilustración de ellas es la demanda del presidente del CAL, por vía de la prensa en 2013, a saber que si hay que economizar, que se las haga lejos de la enseñanza y que si no es posible, que se distribuya el esfuerzo entre la red pública como la confesional!

De esta forma, en nombre de una “ equitativa división del esfuerzo” se logra arbitrar la política de austeridad de la Unión Europea. Y cruel dilema que el de deber hacer economías “en otros lados”. En el sector de la salud, de la vivienda social, de las pensiones, etc? Si al menos el presidente del CAL hubiera hablado del presupuesto de4 la Defensa Nacional…o del costo de la monarquía…

Una pregunta de quemante actualidad: ¿Curso de religión, de moral o de filosofía?

Luego de los atentados cometidos en Nueva Cork, Londres, Madrid, el museo judío de Bruselas en mayo de 2014, en Paris, etc. el desorden tomó rápidamente a los mandatarios políticos europeos.

Los muy cercanos a la derecha imaginaron la retirada de la nacionalidad, el regreso del saludo a la bandera y el himno nacional en los patios de recreo; los menos cercanos a la derecha imaginaron una nueva enseñanza: aquella de la historia de las religiones y de la laicidad, los derechos del Hombre, de la ciudadanía…Esto a los efectos de enseñar a los estudiantes a comportarse convenientemente en sociedad, eso que llaman “vivir juntos”. Veamos qué sucedió en Bélgica.

2 elementos se observan durante la legislatura actual (2014-2019):

Por un lado, el acuerdo de gobierno Partido Social-CDH ( el partido católico (2014-2019) prevé la suspensión de una de las dos horas semanales de curso de religión o de moral no confesional y su reemplazo por una hora de curso de “filosofía y ciudadanía”. Esta hora stá destinada a todos los estudiantes de enseñanza pública. El acuerdo precisa que esta reforma se hará sin perdida de empleo de los profesores ya contratados. Y nos encontramos en la situación grotesca en la que un alumno inscripto  en curso de moral porque rehusa cursar religión, se enfrenta a un profesor de religión en el marco de “filosofía y ciudadanía”!

Por otro lado, la detención de la Corte constitucional del 12 de marzo de 2015 hace acuerdo a que si la escuela pública está organizando un curso de religión, su frecuencia no es una obligación constitucional. Luego de esa detención, las escuelas públicas deben organizar, a partir de 2016, un curso de “filosofía y ciudadanía” para los alumnos que rehusan seguir el curso de moral no confesional o el de religión. Este nuevo curso será dictado por profesores de religión o de moral del centro educativo. ¿Sería acaso Kafka esta vez? El estudiante que no hubiera elegido el curso de moral o de religión se encontraría frente al docente de una de esas materias!

En ambos casos, los clérigos han exigido y obtenido:

  • Que los profesores de religión podrán dictar el curso de  “filosofía y ciudadanía” dependiente de la jerarquía religiosa.
  • Un derecho de mirada sobre el contenido de este nuevo curso : la religión integraría parte del programa del “curso de filosofía y ciudadanía”.

Esto permitirá a la Iglesia católica:

  • Enfrentada a una importante desconfesionalización de la sociedad belga, ejercer, a partir de ahora, influencia sobre todos los estudiantes de la escuela pública.
  • Continuar fagocitando a la escuela pública

¿Cuál es la solución?

Veamos aquí abajo la posición adoptada por el CLP-KVD sobre la cuestión de los cursos de religión, de moral o de filosofía:

Considerando:

El texto fundacional del Círculo de Librepensamiento- Kring voor het Vrije Denken del 23 de junio de 2013

El Manifiesto por la libertad de conciencia adoptado en Oslo el 12 de agosto de 2011

El Círculo de Librepensamiento – Kring voor het Vrije Denken por la laicidad en la escuela

la religión es un asunto privado

la neutralidad de la enseñanza oficial

los objetivos de la escuela son dispersar la enseñanza de conocimientos científicos, métodos y técnicas que están asociadas a aquellos y la reflexión crítica

que los seres humanos y, entre ellos, sus hijos y los estudiantes de la enseñanza obligatoria, tienen derecho a la enseñanza de materias científicas comunes

que la filosofía es una parte integral del corpus del conocimiento científico y sus métodos basados en la razón y la reflexión crítica

que es posible iniciar a los estudiantes en la filosofía desde la escuela primaria

El Círculo de Librepensamiento – Kring voor het Vrije Denken estima que:

La educación cívica, es decir, el conocimiento de las instituciones y la ciencia política es parte integrante de los cursos de historia, geografía y ciencias humanas y no se relaciona con un curso de de filosofía

La confesionalización de cualquier curso del que se trate bajo la máscara de denominaciones tales como “”diálogo interconviccional”, “conocimiento del hecho religioso”, “historia de las religiones”, “vivir juntos” amenaza la neutralidad de la enseñanza oficial y establece un privilegio para las religiones

La enseñanza de la instrucción cívica y del estudio de las religiones no se relacionan con el curso de filosofía El  Círculo de Librepensamiento – Kring voor het Vrije Denken se pronuncia por:

La plena separación de la instrucción y de la religión y entonces por la supresión de cursos de religión y de moral en la enseñanza oficial

La creación, en la enseñanza oficial, desde la primera primaria, de un curso de filosofía común a todos los estudiantes cuyo contenido y los métodos este´n basados en la razón la reflexión crítica

El  Círculo de Librepensamiento – Kring voor het Vrije Denken decide hacer campaña y trabajar para ir en tal sentido

Está claro que este combate particular por la supresión de los cursos de religión y de moral y su reemplazo por un curso de filosofía será duro.

Basta ver cómo la Iglesia, fortalecida por el lugar histórico que ocupa en las estructuras de la enseñanza en Bélgica, lugar quasi-orgánico, ha subido a la cima. No se puede eludir, en este sentido, la responsabilidad de la laicidad oficial.

La Iglesia católica continuará la guerra. A pesar del denominado “Pacto escolar” o más bien, en parte gracias a él, pacto que da un carácter legal, institucionalizado a sus apetitos insaciables.

Simple ejercicio de una democracia reivindicativa,   no faltarán los clérigos que lo digan!Bien entendido, este combate es un combate transitorio destinado sólo a la enseñanza llamada “oficial”, es decir, no confesional, frente a la enseñanza llamada “libre subvencionada”, la enseñanza confesional que queda ampliamente dueña de sí misma, pero que continuará a no contentarse.

Combate transitorio pero igualmente audaz porque con él puede perfilarse (lo que la Iglesia comprende bien) el cuestionamiento del famoso “Pacto escolar”, uno de los pilares del Estado belga.

¿Podemos esperar esta audacia por parte de la laicidad oficial belga, es decir, del CAL?

Este combate tiene sentido si se inscribe en un combate más general, que casi has sido dejado de lado.

Hay que afirmar claramente: ¡Fondos públicos a la escuela pública, Fondos privados a la escuela privada ! ¡ “El docente en la clase, el cura en la iglesia ¡ “

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