En el día de ayer se proclamó a la Virgen de las Angustias Alcaldesa Perpetua.
Entre 600 y 800 personas — siendo extremadamente generosos — asistieron a la proclamación. Esto supone aproximadamente un 3’5 % de la totalidad de los habitantes de Navalmoral de la Mata. Un porcentaje un tanto exiguo para adoptar la decisión del nombramiento. Es posible — sólo posible — que si se hubiera sometido a votación entre los habitantes de Navalmoral el nombramiento no se hubiera producido. Hablo de votación popular porque como moralos, todos hemos servido de mofa y cachondeo en varios medios de comunicación a nivel nacional.
En otro orden de cosas, los defensores del nombramiento — una minoría claro — se han erigido como yihadistas católicos. La más mínima disconformidad con esta medida levanta de inmediato un tsumani de descalificaciones y de salidas de tono. Incluso ante la pregunta de los motivos por los que se está a favor de la proclamación, el gesto se torna serio — hasta iracundo — y en lugar de argumentar como haría la mayoría de las personas, suelen salirse por los cerros de Úbeda y te hablan o te hacen comparaciones que no vienen al caso. Por suerte este grupúsculo se trata de una minoría dentro de la comunidad católica, que son respetuosos con las opiniones contrarias y prefieren la charla amable al insulto o la descalificación.
No pasa nada por el nombramiento, no resta nada, pero tampoco aporta nada. La Virgen de las Angustias ya tiene a sus seguidores — muy numerosos — y no necesita un bastón de mando para aumentar el número de fieles que la veneran.
También es frecuente escuchar como argumento que otras localidades han hecho lo mismo con sus patrones y patronas. Pero tampoco es válido este argumento, hay pueblos donde le cortan la cabeza a los gallos o maltratan hasta la muerte a cualquier animal y los moralos no lo hacemos.
En este crisol de culturas y religiones en el que se ha convertido España cada uno es dueño de hacer con sus creencias lo que le plazca, siempre y cuando no afecte al resto de religiones o creencias.
Casualmente los defensores a ultranza — repito que son una minoría — de la medida son esos mismos que incendian las redes sociales con postulados xenófobos y comentarios como » no tendremos ya bastantes extranjeros como para encima tener que acoger a más «, o » a los que vienen de fuera les dan lo que no nos dan a los de dentro». Estos poco misericordiosos comentarios vienen después de los golpes de pecho.
El caso es que ya tenemos una Alcaldesa Perpetua — bastón de mando incluido –. Ahora será Nuestra Señora y Alcaldesa Perpetua Virgen de las Angustias. Un título un tanto largo, la verdad.
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En la imagen la alcaldesa socialista y el clero entregan la vara de mando a la virgen como alcaldesa perpetua.