Tras una oleada de ataques en Antioquía que se cobraron la vida de 27 policías
«Exhortamos a los grupos y personas que están causando este dolor inmenso a la región y al país, para que humanicen el conflicto parando este accionar y utilizando otras alternativas que respetando la vida y cuidando el tejido social, les permita lograr sus objetivos»
Ante el recrudecimiento de la violencia y el ataque contra miembros de la fuerza pública, la Diócesis de Apartadó, al noroccidente de Antioquia, Colombia, en unión con otras fuerzas vivas de la sociedad civil del Urabá Darién, convocaron para que antes de que asuma el nuevo Presidente de la República, Gustavo Petro, se realice en cada poblado y ciudad actos simbólicos de rechazo a la violencia armada y se adelanten jornadas de oración, clamando por la paz de esta región.
En un comunicado publicado en el portal de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a firma de monseñor Hugo Alberto Torres Marín, obispo de la Diócesis de Apartadó, se rechaza el asesinato de jóvenes, ataques contra estaciones de policía, el cierre de establecimientos educativos y de servicios públicos, todo ello causado por miembros del Clan del Golfo, quienes persisten con amenazas por desplazamiento, confinamiento y asesinato para el control territorial.
Humanizar el conflicto con el fin de los ataques
«Exhortamos a los grupos y personas que están causando este dolor inmenso a la región y al país, para que humanicen el conflicto parando este accionar y utilizando otras alternativas que respetando la vida y cuidando el tejido social, les permita lograr sus objetivos».
El prelado expresó su saludo de cercanía y condolencia a los familiares de policías y militares asesinados, así como a las instituciones a las cuales pertenecían y a la población en general. Aseguró su oración por toda la comunidad y los invitó a no perder la esperanza.
Los hechos
Según han informado las autoridades, los ataques terroristas contra el Estado en Antioquia se han presentado en Apartadó, Ituango, Ebéjico, Necoclí, Peque, Uramita, Chigorodó, Turbo, Carepa, Santa Fe de Antioquia y Cañasgordas. Como resultado de ellos, 27 uniformados han muerto y más de 40 salieron lesionados de los disparos y de las detonaciones de artefactos explosivos.