En la última semana Iván Duque montó a su campaña a los líderes de las tres listas cristianas que se presentaron al Congreso y que sumaron un millón de votos. Con eso, refuerza su buena posición para ser el candidato de quienes a la hora de votar privilegian su convicción religiosa y empieza a reforzar un discurso conservador en lo social.
Además, esas noticias le han ayudado a tener hechos políticos, algo que ayuda en campaña porque le recuerda a la gente que el candidato existe y que está consiguiendo logros.
La primera gota
A pesar de las distancias que había marcado con el uribismo desde que como Fiscal adelantó procesos contra varios políticos uribistas como Andrés Felipe Arias, Bernardo Moreno y Luis Carlos Restrepo, la primera en aterrizar en la campaña de Duque fue Viviane Morales, hace una semana.
Morales, que durante su fallida campaña presidencial se presentó como la candidata de la Colombia creyente y de “las mayorías morales,” prefirió unirse a Duque y no con Vargas quien, según una alta fuente de su campaña, también la buscó.
Esa fuente explica que la cercanía con el uribismo se estaba cocinando desde antes. “Muchas veces apoyaban las intervenciones y proposiciones que ella hacía frente a los acuerdos. Además, la bancada del Centro Democrático votó a favor del referendo contra la adopción que promovió,” dijo.
Esa cercanía ya era patente pues Duque la había invitado en enero a participar en la consulta para elegir candidato presidencial de la derecha. Aunque dijo que no, los puentes estaban tendidos. Con ella llegó el partido que le dio el aval, Somos (antiguo Alas), o por lo menos sus directivas, pues algunos llegaron a donde Germán Vargas.
Eso se puede deber a las molestias de algunos de sus miembros con la ex candidata. “Nos dejó colgados de la brocha. Nunca nos comunicó su decisión de renunciar a la candidatura.”, nos dijo un pastor en el Huila que estaba con ella.
Otra fuente de Somos, dice que tampoco les consultó para irse con Duque.
Desde la campaña de Morales nos dijeron que no saben cuántos de sus voluntarios la seguirán apoyando ahora que está con Duque. Pero, aunque sean pocos, no son los únicos votantes religiosos que llegaron allá.
La segunda gota
Esta semana también llegaron los del movimiento cristiano Colombia Justa Libres, liderado por el pastor Jhon Milton Rodríguez.
Ese partido está a la espera de pasar el umbral en el escrutinio al Senado (para el que no le alcanzaban los 431.418 votos del preconteo), pues parece haber encontrado 30 mil votos más. Si eso ocurre, llegaría donde Duque con tres curules en el Senado más la que ya tenía en Cámara por Bogotá.
Como partido claramente cristiano, había decidido apoyar la candidatura de Morales en la primera vuelta y, según nos contaron dos fuentes por aparte, ya había decidido ir con Duque en la segunda, aunque algunos líderes se querían ir con Vargas.
De hecho, una fuente cercana al movimiento nos dijo que algunos se quieren ir con él, pero la mayoría parecen estar con Duque.
La tercera gota (y la más sorprendente)
El tercer refuerzo cristiano es el Mira, que anunció ayer su apoyo, con el que pueden llegar los 501.489 votos que sacó a Senado, y la fuerza de tres curules allí y otra en la Cámara.
A diferencia de los apoyos anteriores, este es llamativo porque los miraístas apoyaron el Sí en el plebiscito y no han centrado su trabajo parlamentario en una agenda de valores cristianos sino en temas relevantes para la clase media emergente como el transporte, los servicios públicos, el servicio militar o la participación de la mujer en política.
Sin embargo, terminaron con el candidato del No y con un nuevo discurso, más religioso. “Aunque no subimos a los candidatos a los púlpitos, el voto cristiano es una realidad que apoya la libertad religiosa, sobre todo la cristiana, en un país en el que a través del laicisimo se busca desaparecer la religión de la escena pública,” le dijo a La Silla el senador y presidente del partido, Carlos Baena.
“Apoyamos el Sí por la reparación a las víctimas y Duque se ha comprometido a cumplir con esta reparación y a no hacer trizas los acuerdos.”, dijo Baena para explicar que terminen con el candidato del No.
Aunque ese compromiso no está en las bases del acuerdo programático que firmaron con Duque, Baena dice que como el candidato lo ha prometido públicamente, no era necesario especificarlo.
En todo caso, aunque Baena ha dicho en medios que su voto ha demostrado ser disciplinado y por eso la totalidad de sus apoyos se depositarán en las urnas por Duque, la ex senadora Alexandra Moreno Piraquive, que fue durante varios años líder del partido pero se distanció en 2014, ya dijo que está con Vargas.
Falta ver si su posición tiene apoyos en las bases miraístas y si el apoyo de otros líderes cristianos a Vargas, como el de la pastora Claudia Rodríguez de Castellanos (líder de la Misión Carismática Internacional – G12, una de las iglesias más grandes del país y quien salió elegida Senadora por Cambio Radical con 69 mil) hacen que el voto cristiano se rompa.
Duque demuestra que es el elegido
Los cristianos que ya estaban en el uribismo, como el youtuber Oswaldo Ortiz, que se quemó al Senado, o la diputada santandereana Ángela Hernández y su esposo Jefferson Vega, que llegaron a la campaña de la mano del exprocurador anulado Alejandro Ordóñez, están hablando de un gran apoyo cristiano a Duque.
Esa posición, que tiene el eco de la movilización evangélica que desató en el 2016 la supuesta ideología de género de las cartillas de la exministra Gina Parody y de los acuerdos de paz, explica que en los tres acuerdos que selló esta semana, Duque se comprometa a defender la libertad religiosa y la familia, y que sus nuevos aliados lo presenten como el candidato que representa sus banderas.
Por ejemplo, en su comunicado Morales dice que “Duque garantizará que las libertades, los derechos y las conquistas del pueblo cristiano serán respetados (…) en particular los derechos a la libertad religiosa, el derecho a la vida desde la concepción, la libertad de conciencia, la libertad de enseñanza y la objeción de conciencia.”
“La religión está ligada transversalmente, se constituye como el flujo circulatorio en venas y vasos comunicantes de esos fundamentos del plan de gobierno del doctor Iván Duque,” dijo Baena cuando anunciaron su apoyo.
En cambio, Duque ha dicho que las uniones se han construido sobre la base de su lema de campaña ‘equidad, legalidad y emprendimiento’; que con ellos lo une una visión de ‘futuro,’ y no ha usado un tono moral, de defensa de la familia e importancia de la religión en lo público.
A pesar de ese contraste de discursos, cinco cristianos de diferentes iglesias y ciudades, (dos en Bogotá, dos en Pereira y uno en Cartagena) nos dijeron que en sus iglesias la gente está hablando de votar por Duque porque es el que defiende su visión de país.
Como nos dijo un fiel en Bogotá, “la mayoría de los cristianos son uribistas o tienen una buena imagen del Ex presidente. En estas elecciones, además, no hay más opciones que parezcan adecuadas.”
Desde la semana pasada Morales está acompañando a Duque en sus giras de campaña, estuvo con él en Montería y, según nos contaron, convocó a una reunión con pastores para presentarles a Duque y alinear a la Colombia creyente desde las bases y que sea él el candidato de los púlpitos.
Que Morales y los miraístas hayan privilegiado la agenda moral y de la familia sobre sus diferencias con Duque y que la mayoría de líderes cristianos que participan en política estén con el uribismo revela que la cristianización de la política se ha fortalecido y que lo han elegido a él para enarbolarla. La pregunta es si eso beneficiará a Duque con sus votos o si lo aleja del centro que ha tratado de conquistar.