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La alta alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet. EFE/EPA/VALENTIN FLAURAUD

[China] La comisionada de la ONU para los derechos humanos ha recibido presiones para no publicar el informe sobre los uigures en China

Michelle Bachelet asegura haber recibido una carta firmada por unos 40 países que le piden que no publique el informe que su oficina prepara desde hace dos años sobre los derechos humanos de la minoría uigur en China

La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, ha dicho este jueves que las presiones para no publicar el informe sobre los derechos humanos en China han sido muy fuertes, pero ha asegurado que nada de eso impedirá el trabajo a su organismo.

El informe se centra en la situación de los derechos humanos de los uigures, una minoría asentada en la provincia noroccidental de Xinjiang y que el Gobierno chino ha reprimido durante décadas porque considera que es un vivero para el extremismo, al punto que en 2018 se descubrió que había creado grandes campos de internamiento para “reeducarlos”.

Bachelet ha reconocido haber recibido una carta firmada por unos 40 países que le pedían que no publique el informe que su oficina prepara desde hace un par de años sobre esa situación y cuya elaboración se retrasó cuando el Gobierno chino aceptó que la alta comisionada visitara el país el pasado mayo.

Según Bachelet, esa visita era prioritaria porque era una oportunidad única para ver de primera mano lo que ocurría en el país y tener un contacto directo con familiares de uigures que estuvieron o están en esos campos de internamiento.

En julio salió a la luz que China estaba pidiendo a Bachelet que enterrase el informe, según una carta de China a la que tuvo acceso la agencia Reuters y confirmada por diplomáticos de tres países que la recibieron.

La carta redactada por China expresaba una “grave preocupación” por el informe sobre Xinjiang y pretendía frenar su publicación, señalaron cuatro fuentes anónimas a Reuters. Dijeron que China comenzó a distribuirla entre las misiones diplomáticas en Ginebra desde finales de junio y pidió a los países que la firmaran para mostrar su apoyo.

“La evaluación (sobre Xinjiang), si se publica, intensificará la politización y la confrontación de bloques en el ámbito de los derechos humanos, socavará la credibilidad de la OACDH (Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos) y perjudicará la cooperación entre la OACDH y los Estados miembros”, decía la carta, en referencia a la oficina de Bachelet. “Instamos encarecidamente a la señora Alta Comisionada a que no publique dicha evaluación”.

Fin de mandato

Bachelet dijo este jueves que había tenido “una enorme cantidad de reuniones” con representantes de países que le pedían publicar lo antes posible el referido informe, lo que hace varios meses prometió que haría antes de concluir su mandato al frente de la mayor estructura internacional de derechos humanos y que expira el próximo día 31.

En una conferencia de prensa en la que hizo un balance de su gestión, Bachelet ha indicado que se están revisando los comentarios efectuados por el Gobierno chino al informe, un procedimiento habitual para este tipo de publicaciones y con el que se busca corregir inexactitudes o valorar medidas que podrían no haberse tomado en cuenta.

“Los asuntos (que contiene el informe) son graves y son analizados a fondo”, ha adelantado Bachelet tras asegurar que intentará honrar su promesa de sacarlo a la luz antes de despedirse de su cargo.

“Las presiones no definirán como serán las cosas”, ha asegurado. “He recibido tremendas presiones para publicar o no publicar, pero no publicaré ni retendré la publicación debido a tales presiones”.

Ante esa respuesta, el director en Ginebra de Human Rights Watch, John Fisher, le ha pedido que se esfuerce más por sacar el informe. “Cualquier otra cosa sería una vergüenza para su cargo y una traición a las víctimas”, tuiteó Fisher.

Sophie Richardson, directora para China de Human Rights Watch, ha calificado la respuesta de Bachelet como “lamentablemente inadecuada” dada la magnitud de los abusos, según recoge Reuters. Michele Taylor, embajadora de Estados Unidos para los derechos humanos en Ginebra, ha pedido la publicación del informe y ha dicho que “el mundo se merece un informe independiente y honesto” de la situación.

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