“Es el inicio de un Chile que empieza a trabajar la igualdad”.
Chile celebró este jueves las primeras bodas entre parejas del mismo sexo, un hecho histórico en el país celebrado transversalmente y una de las mayores reivindicaciones de los colectivos LGTBI+ en las últimas décadas.
En el registro civil del barrio de Providencia, en Santiago, al menos dos parejas contrajeron matrimonio entre vítores de decenas de espectadores y representantes de algunas plataformas afines y activistas gays y lesbianas.
“Estamos muy felices de por fin poder ser una familia, pero además este es un paso muy importante para el país. Es el inicio de un Chile que empieza a trabajar la igualdad”, manifestó Jaime Nazar, que se pudo casar con Javier Silva tras 7 años de relación.
Un día “tremendo”
Isabel Amor, directora de la Fundación Iguales, una de las plataformas LTGBI+ más importantes, señaló a Efe que es un día “tremendo” en la lucha contra la discriminación hacia el colectivo de la diversidad sexual y de género
“Necesitamos que de una vez por todas se terminen todas las diferencias odiosas que genera la homofobia que ha permeado nuestro país desde sus bases”, esgrimió.
El pasado 8 de diciembre, el país austral dio luz verde al proyecto de ley que legalizó las nupcias entre parejas del mismo sexo, que hasta ahora y desde 2015 solo podían unirse bajo la figura legal del Acuerdo de Unión Civil (AUC), que no reconoce derechos filiativos.
El octavo país de América Latina
Con esta decisión, Chile se convirtió en el octavo país de América Latina que reconoce el matrimonio igualitario después de Costa Rica, Ecuador, Argentina, Brasil, Colombia, Uruguay y varios estados de México.
El proyecto de ley se presentó en 2017 gracias al impulso de la expresidenta socialista Michelle Bachelet (2014-2018), pero estuvo estancado durante casi cuatro años en el Parlamento.
En un giro sorpresivo de los acontecimientos, el presidente conservador Sebastián Piñera dijo el año pasado que había “llegado el tiempo” de aprobarlo e instruyó al Parlamento discutirlo con carácter de urgencia.
En menos seis meses y pese a las reticencias de los sectores más conservadores de la derecha oficialista, los legisladores aprobaron la iniciativa, en parte gracias a las presiones y el empuje de las plataformas LGTBI+.
Además de permitir el matrimonio, la nueva ley reconoce los derechos filiativos de ambo padres sobre sus hijos, elimina la homosexualidad como causal de divorcio culposo y reconoce las uniones contraídas en el extranjero.