Una amalgama de instituciones conservadoras intervienen en colegios concertados y privados católicos e imponen su visión a adolescentes sin mencionar otros referentes
En medio de la polémica sobre el veto parental y la educación afectivo-sexual en las aulas, ¿qué pasa en las escuelas católicas concertadas y privadas? Una amalgama de instituciones conservadoras intervienen en muchos de esos colegios e imponen su visión a adolescentes sin otros referentes. Alumnos y alumnas que estudiaron recientemente en algunos de estos centros comparten experiencias sobre cómo fueron los talleres que recibieron al respecto.
Mónica Soler, de 24 años de edad, estudió en un centro concertado católico del área metropolitana de Madrid, donde recibió charlas de sexualidad del Instituto Desarrollo y Persona –una institución de la Universidad Francisco de Vitoria, centro ligado a los Legionarios de Cristo– en los cursos de primero y tercero de la ESO. «En la primera nos explicaron el ciclo menstrual, la reproducción… Todo con una perspectiva heterosexual y los métodos anticonceptivos que para ellos fuesen convenientes abordar», cuenta. «Luego ya nos explicaron la gestación, pero el método anticonceptivo seguía siendo el condón y tan solo para relaciones heterosexuales».
Soler recuerda una charla que no fue impartida por un equipo externo especializado, sino por el propio sacerdote del centro. «Tuvimos una charla en primero de Bachillerato cuando nuestro cura, por su cuenta, hizo una especie de coloquio religioso con varios cursos donde se nos puso un vídeo», expresa. «En este aparecían imágenes en bucle en el que se daba a entender que la masturbación era pecado, no era natural, que el aborto no se debía de hacer o que la homosexualidad sí que existía, pero la manera de tener ese tipo relaciones sexuales era directamente no tenerlas, que estaba mal visto».
S.P., una chica de 19 años y estudiante del mismo centro, recibió estas charlas recientemente y subraya que eran «muy pobres en contenido». «A medida que creces te das cuenta de que faltan un montón de contenidos». S.P, bisexual, reconoce que aceptó su sexualidad a partir de Bachillerato, pero informándose por su cuenta. «A lo mejor si me hubieran dado las charlas antes o en condiciones en su momento, no me hubiera asustado de lo que sentía».
Por su parte, el Instituto Desarrollo y Persona ha explicado a eldiario.es que las encuestas que ellos realizan a los centros o asistentes a sus charlas «denotan» un «alto nivel» de satisfacción. «No obstante, respetamos opiniones particulares que puedan apreciarlo así», subrayan.
«Queríamos información»
Uxía Martínez, de 24 años, estudió en un centro concertado católico de Santiago de Compostela (Galicia). En tercero de la ESO recibió una charla externa en la que se habló de una forma «muy cercana y natural» sobre los métodos anticonceptivos, el funcionamiento de la píldora, y la masturbación. «La chica consiguió hacer un espacio muy dinámico en el que hablamos un montón entre todos», recuerda. «Nos habló de todo, de nuestros cuerpos, de las cosas que nos pasaban, de la pubertad, de por qué sentíamos unas cosas y otras, de la comunidad LGTBI, de todo».
Luego, en Bachillerato, su centro educativo cambió a régimen privado y recibió otra charla externa totalmente opuesta a la primera, «algo surrealista tan solo dos años después». «En el repaso de los métodos anticonceptivos únicamente nos explicaron los contras de todos», rememora. «Yo pensé que iban a llegar al condón y decirnos que ese era el bueno, pero no. Tampoco nos hablaron de las ETS en ese momento».
Uxía explica que en un momento las dos monitoras sacaron unas figuras de fetos y se los pasaron en corro para que «tocaran y supieran lo que estábamos matando» si abortaban. «Afirmó que no teníamos que tener relaciones sexuales hasta que no quisiéramos ser madres», detalla. «Nos dijeron literalmente que el mejor método anticonceptivo era el de nuestras abuelas, que ellas echaban cuentas los días que eran fértiles y en los que no».
«Nos pusieron vídeos bastante duros»
P.F, una joven de 27 años, estudió en un colegio concertado y segregado por sexo del Opus Dei del sur de Madrid, y recuerda que recibió este tipo de charlas desde bastante pronto. «Al ser un centro religioso, trataban sobre todo temas relacionados con el matrimonio, el noviazgo y los amigos. Nos decían cómo no podías tener relaciones con chicos», afirma. Recuerda que recibió una charla contra el aborto de la polémica entidad Hazte Oír. «Nos pusieron vídeos bastante duros de clínicas abortivas. Nos pusieron un vídeo de una grabación en directo de un aborto, lo recuerdo como algo traumático, porque fue muy claro y directo, algo que te queda grabado».
La joven subraya además que, por ejemplo, nunca le hablaron de masturbación. «A ellos no les parece bien. No te decían que estaba mal, es que directamente no se trataba. Todo se enfocaba desde el punto de vista que ellos defienden».
Sin ningún nexo en común, pero unidas en la fe
Mercedes Méndez, directora del Departamento de Pastoral de Escuelas Católicas de España –organismo que reúne a todos los centros privados y concertados de religión católica–, explica a eldiario.es que no existe ningún tipo de nexo común entre las entidades que se dedican a esta tarea en España, y que desconoce el número de instituciones que se dedican a ello. «Mi objetivo en un futuro próximo es identificar otras entidades que lleven acabo esta formación sobre estos pilares», expresa.
En este sentido, subraya que se acogen a la exhortación apostólica Amoris laetitia (‘La alegría del amor’ en latín) que escribió el Papa Francisco sobre «el amor en la familia» en el año 2016. «Los problemas con ‘las manadas’, el respeto a la mujer… hay que educar que el sexo no es puro placer», defiende Méndez.
Del texto del Papa destaca la idea de rechazar el «sexo seguro», ya que, según sus dogmas, supone «una actitud negativa hacia la finalidad procreativa natural de la sexualidad, como si un posible hijo fuera un enemigo del cual hay que protegerse. Así se promueve la agresividad narcisista en lugar de la acogida».
Desde Escuelas Católicas de España mencionan a tres entidades que imparten estas charlas: el Instituto Desarrollo y Persona, la Unidad de Intervención Psicosocial de la Universidad de Comillas y la Fundación Solidaridad Humana. El Instituto Desarrollo y Persona impulsa desde 2015 el programa ‘Aprendamos a Amar’, desarrollado desde la propia Universidad Francisco de Vitoria. Según explica el docente del instituto Eduardo Navarro en la práctica es la misma institución. «El Instituto es el área universitaria que acoge y despliega el programa formativo ‘Aprendamos a Amar’ de la institución, ligada a los Legionarios de Cristo.
La Fundación Solidaridad Humana es la que más experiencia acumula en este sector. Fernando del Castillo, uno de los fundadores, comenta a eldiario.es que llevan en activo desde que en 1992 decidieran imitar este tipo de entidades que ya existían en países extranjeros. Se definen como una ONG independiente, aconfesional y apolítica. La Unidad de Intervención Psicosocial de la Universidad Pontificia de Comillas (UNINPSI) funciona desde el año 2000. Está integrada en la red de centros de servicios y establecimientos sanitarios de la Comunidad de Madrid, pero funcionan directamente para la propia universidad.
Fundación Solidaridad Humana, al igual que la UNINPSI, también ha actuado en la escuela pública, fundamentalmente en la Comunidad de Madrid. En este sentido, Solidaridad Humana estuvo subvencionada desde el 2002 hasta 2011 para formar profesorado de la escuela pública. Su director, Fernando del Castillo, explica que desde que les quitaron la subvención, los centros «tienen que pagar algo». «Vivimos de nuestros servicios, hacemos becas muy potentes a los colegios que no pueden».
La UNINPSI también desarrolla su acción fuera del ámbito de la escuela concertada católica. «Esta antropología no está contrapuesta con la realidad, si los alumnos no son bien ayudados, podemos generar mucho sufrimiento», afirma Virginia Cagigal, coordinadora del Área de Atención a Familias de la Universidad Comillas.
«No sé por qué lo sexual está tan ideologizado»
Desde Fundación Solidaridad Humana sostienen que en sus cursos «se habla de todo» lo que suponen «las conductas libres». «En el diálogo con los jóvenes se dan cuenta que todo es más profundo que una lección del kamasutra, o qué hacer para no quedarme embarazada». El director de esta ONG, Fernando del Castillo, cuenta cómo se tratan en el aula «nuevas realidades». «No desde la ideología de grupos de presión. Creo que es un tema más profundo y profesional que entrar sólo en polémicas. Genera mucho debate», expone.
«No es que haya perspectivas», defiende. En relación a temas como la homosexualidad, del Castillo afirma que «más que homofobia hay un homorechazo». «Más bien se trata de trabajar desde el dolor que produce en estos chicos que les llamen maricón en la escuela», asegura.
«Lo nuestro es trabajar el dolor y la ansiedad, y no entrar en cuestiones ideológicas para grupos de presión», insiste. Según sus propias palabras, «no sabe por qué» lo sexual «está tan ideologizado». «Quizá porque da mucho poder», se responde. Y asegura que no se debe jugar con la orientación sexual de las personas. «Hay que respetar y ver lo que se sufre en una situación de ese tipo, y que sea el chico quien haga el proceso psicocognitivo de su entidad».