Algunos comentaristas califican el documento como un intento de adoctrinamiento religioso y hasta una amenaza al Estado laico.
Hace un año, cuando Andrés Manuel López Obrador (AMLO) emprendió su tercera campaña por la presidencia de México, se declaró “auspiciante” de una “nueva corriente de pensamiento”.
Al aceptar la candidatura presidencial del Partido Encuentro Social (PES), formación de centro-derecha cuyo lema es “transformar a México desde la familia y los valores”, el político expresó su intención de buscar la creación de una “constitución moral” para su país.
Dijo ante miembros del PES que serviría “para promover un paradigma moral del amor a la familia, al prójimo, a la naturaleza y a la patria”.
Y este fin de semana, un mes y medio después de asumir la presidencia, AMLO materializó aquella idea a través de un decálogo llamado “Cartilla Moral” que espera repartir, de inicio, entre 8,5 millones de personas beneficiarias de programas sociales.
Se trata de un documento cuyo objetivo es “moralizar la vida pública de México”, según dijo en su reunión con adultos mayores que recibirán dinero del gobierno.
“Precisamente por eso hoy va a empezar a distribuirse esta Cartilla Moral, porque tenemos que fortalecer los valores culturales, morales, espirituales; no sólo lograr el bienestar material, sino también el bienestar del alma”, añadió.
La publicación de 30 páginas es una adaptación de un ensayo del mismo título, “Cartilla Moral”, escrito por el filósofo mexicano Alfonso Reyes (1889-1959) hace 75 años.
La adaptación del gobierno de AMLO es la que hizo el crítico literario José Luis Martínez -uno de los más destacados discípulos de Reyes- y es distribuida con ilustraciones de figuras de la historia de México y algunos símbolos patrios.
AMLO dice en la introducción que esa guía moral se trata de una herramienta para los mexicanos ante la “decadencia” que vive el país producto de la corrupción, la falta de oportunidades y la pérdida de valores.
Para el analista Carlos Sepúlveda, a pesar de la buena intención, se trata de un documento que “en México nadie va a leer”.
“Es muy bueno intentar lograr que la gente actúe en todos los ámbitos con apego a la ética, al civismo”, dice Sepúlveda a BBC Mundo
“El documento en realidad no tiene ningún sentido práctico. Tiene un sentido informativo que busca instruir a muchas personas en materias de civismo y de cultura. Pero yo creo que no va a influir en nada”, considera.
Otros comentaristas califican el documento como un intento de adoctrinamiento religioso y hasta una amenaza al Estado laico.
La “Cartilla Moral” de 12 puntos
Alfonso Reyes redactó la “Cartilla Moral” en 1944 a petición del entonces secretario de Educación Pública (SEP), Jaime Torres Bodet, cuando el país pasaba por una campaña de alfabetización.
Reyes es considerado uno de los pensadores mexicanos más importantes del Siglo XX, vinculado con el filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900) y catalogado por Jorge Luis Borges como “el mejor prosista del idioma español de cualquier época”.
Elaboró el ensayo con 12 “lecciones” en las que aborda los valores del ser humano y de la sociedad, así como su relación con la naturaleza.
“El hombre debe educarse para el bien. Esta educación y las doctrinas que ella inspira constituyen la moral o ética”, dice en el comienzo de la primera lección.
La adaptación de Martínez retoma las 12 lecciones, aunque en la publicación del gobierno de AMLO están simplificadas en 12 temas y dos resúmenes finales.
Entre las lecciones está “La moral y el bien”, “Cuerpo y alma”, “Respeto a nuestra persona”, “La familia”, “La patria” y “La naturaleza”.
Alfonso Reyes es hijo del general Bernardo Reyes quien, paradójicamente, participó en los asaltos armados que desembocaron en el asesinato del presidente Francisco I. Madero.
Éste último aparece como uno de los héroes de México ilustrados en la “Cartilla Moral” de AMLO.
3 frases polémicas
Varios son los puntos que han generado controversia entre quienes critican la presentación de la “Cartilla Moral” como una guía de la vida personal y social del país.
1.”El respeto a nuestro cuerpo nos enseña a ser limpios y moderados en los apetitos naturales”.
Esa frase, escrita así en el resumen de la edición de 2019 sobre la Lección 5 “Respeto a nuestra persona”, ha sido una de las más cuestionadas por quienes creen que enarbola conceptos vagos, algunos de los cuales están rebasados en la actualidad.
2. “La práctica del bien, objeto de la moral, supone el acatamiento a una serie de respetos que vamos a estudiar en las siguientes lecciones. Estos respetos equivalen a los ‘mandamientos‘ de la religión”.
Añade: “Son inapelables; no se los puede desoír sin que nos lo reproche la voz de la conciencia, instinto moral que llevamos en nuestro ser mismo”.
Frases como esa han llevado a algunas personas a considerar el documento como “dogmático”, con afirmaciones que no dan espacio al debate o la contradicción.
Otros consideran que intenta generar sentimientos de culpa personal, similares a los de algunos preceptos religiosos.
3.”Cada uno de nosotros, aunque sea a solas y sin testigos, debe sentirse vigilado por el respeto moral y debe sentir vergüenza de violar este respeto”.
Sin embargo, también hay quienes consideran que es un error leer la “Cartilla Moral” de Alfonso Reyes como un documento con tintes religiosos y, por el contrario, la consideran “laica y liberal”.
¿Va contra el Estado laico?
La instauración del Estado separado de la Iglesia se consolidó bajo la presidencia de Benito Juárez, una de las figuras de la portada de la “Cartilla Moral” del gobierno de AMLO.
Por lo que algunos críticos del documento que lo consideran como “religioso” ven una contradicción en su publicación a cargo de la Secretaría de Educación Pública.
Pero AMLO desde hace un año se anticipaba a estas críticas y apuntaba: “Quienes piensan que este tema no corresponde a la política olvidan que la meta última de la política es lograr el amor y hacer el bien, porque en ello radica la verdadera felicidad“.
“No se contrapone con mi concepción de Estado laico”, añadió.
El analista Carlos Sepúlveda considera que en México, donde más del 80% de la población se declara católica, a menudo se tiene una concepción equivocada de la laicidad.
“Que el Estado sea laico en nada contradice la fe religiosa del pueblo mexicano. Al revés, el laicismo apoya un sentido de práctico: no desconoce la religión ni la ataca“, explica.
“Son dos cosas diferentes el laicismo del Estado y la religión de las personas, y en ese sentido yo creo que la Cartilla ni abona a la religión ni contradice el postulado constitucional de Estado laico“.