Abdellah Gmara dejó tres cartas manuscritas con un mismo contenido inconexo en las que habla de «un acto terrorista» por los abusos sufridos en el pasado en un centro de menores. Su hermano asegura que abusaba de las drogas y que contó que le perseguían para matarlo. El líder de Vox denuncia que el Gobierno quiere ocultar el «posible atentado yihadista» y relaciona terrorismo y políticas de inmigración.
Abdellah Gmara, fallecido el pasado viernes al estrellar el coche que conducía contra la terraza de un bar en la localidad murciana de Torre Pacheco (Murcia), dejó escrita una carta en la que calificaba su actuación de «atentado terrorista» en venganza por el trato recibido en el pasado en un centro de menores de Valencia. En ese centro, escribió, no se respetaba el Islam y se produjeron «violaciones y asesinatos» cometidos «telepáticamente».
A la hora de la comida del pasado 17 de septiembre, Gmara estrelló el Volkswagen Golf que conducía a toda velocidad contra las mesas en el exterior de un restaurante de comida india. El conductor, de 28 años, falleció a consecuencia del choque, que costó la vida a un ciudadano ecuatoriano y heridas de diversa consideración a otras personas. En la guantera del vehículo aparecieron dos notas manuscritas con el mismo contenido que una tercera, hallada ésta última en su cartera.
«Esto es un acto terrorista a causa de la injusticia que ha sufrido durante 14 años de la cual he sido consciente hace meses», arranca el escrito, al que ha tenido acceso elDiario.es. A continuación, el autor del atropello señala a tres supuestos trabajadores del centro de menores Mislata II. «Mucha gente sabe de sus obligos (sic) a violaciones, asesinatos, manipulación de sentimientos y pederastia», añade. En el lateral de la cuartilla aparecen la leyenda en árabe: «No hay más dios que Alá y Mahoma es su mensajero». Abdellah Gmara llegó a España a los 12 años como menor no acompañado procedente de Marruecos.
El contenido de la nota y el hecho de que un testigo asegurase a los agentes que había visto al joven hacer el gesto de la unicidad antes de estrellar el coche motivó que un juzgado de San Javier se inhibiera en favor de la Audiencia Nacional por los indicios de un posible atentado yihadista. Por reparto, el asunto recayó en el Juzgado de Instrucción número 1 del tribunal especializado, cuyo titular, Alejandro Abascal, abrió una causa por posible delito de terrorismo y declaró el secreto de las actuaciones.
El pasado martes, al día siguiente de que la Audiencia Nacional abriera la causa por posible terrorismo, el líder de Vox, Santiago Abascal, publicó un tuit denunciando una supuesta maniobra del Gobierno y sus «cómplices mediáticos» por ocultar el «posible atentado yihadista». El político de la extrema derecha establecía una presunta vinculación entre terrorismo y las políticas de inmigración: «Están dispuestos a utilizar cualquier patraña con tal de esconder lo que llevamos años advirtiendo ocurre a diario: el efecto llamada solo trae inseguridad».
El Servicio de Información de la Guardia Civil se ha hecho cargo de las pesquisas a las órdenes del juez de la Audiencia Nacional. Según fuentes próximas al caso, los agentes rastrean las redes sociales y el resto de Internet en busca de un posible proceso de radicalización del autor del atropello, así como otros indicios que confirmen o descarten una motivación terrorista. Si Gmara hubiera actuado solo, los investigadores deberán determinar si se le puede atribuir la figura de ‘lobo solitario’, aquel que asumiendo los postulados de organizaciones como ISIS actúan con sus mismas motivaciones y objetivos sin necesidad de tener una dependencia orgánica de la organización terrorista.
El hermano de Abdallah, Bendaoud Gmara, ha declarado al periódico La Verdad de Murcia que en un encuentro reciente, el autor del atropello le dijo que «había gente que iba detrás de él y querían matarle». Bendaoud Gmara también asegura que su hermano estaba resentido por el escaso sueldo que recibía en el campo y que todo lo que ganaba «se lo gastaba muy rápido en cocaína y hachís».
Fuentes jurídicas aseguran que la causa está abocada al archivo si no aparecen presuntos colaboradores de Gmara en el atropello mortal, aun cuando nuevos indicios decanten el caso hacia la motivación terrorista. El motivo es que el único autor del delito habría fallecido y los hechos son, por tanto, inimputables.
La carta de Abdellah Gmara continúa refiriéndose a terceras personas y les espeta: «Al final no habéis conseguido lo que queríais. Yo también soy inocente!!». En el texto, Abdellah Gmara exculpa al amigo que le prestó el coche, al que habría engañado esgrimiendo que lo necesitaba para una visita al hospital. La misiva se cierra con una frase que no queda claro a quien se dirige: «Quiere que todo el mundo sea gay». Antes de estrellar el coche, Gmara se habría realizado cortes en el pecho con un cuchillo que apareció en el vehículo con restos de su sangre.
Abdellah Gmara, fallecido el pasado viernes al estrellar el coche que conducía contra la terraza de un bar en la localidad murciana de Torre Pacheco (Murcia), dejó escrita una carta en la que calificaba su actuación de «atentado terrorista» en venganza por el trato recibido en el pasado en un centro de menores de Valencia. En ese centro, escribió, no se respetaba el Islam y se produjeron «violaciones y asesinatos» cometidos «telepáticamente».
A la hora de la comida del pasado 17 de septiembre, Gmara estrelló el Volkswagen Golf que conducía a toda velocidad contra las mesas en el exterior de un restaurante de comida india. El conductor, de 28 años, falleció a consecuencia del choque, que costó la vida a un ciudadano ecuatoriano y heridas de diversa consideración a otras personas. En la guantera del vehículo aparecieron dos notas manuscritas con el mismo contenido que una tercera, hallada ésta última en su cartera.
«Esto es un acto terrorista a causa de la injusticia que ha sufrido durante 14 años de la cual he sido consciente hace meses», arranca el escrito, al que ha tenido acceso elDiario.es. A continuación, el autor del atropello señala a tres supuestos trabajadores del centro de menores Mislata II. «Mucha gente sabe de sus obligos (sic) a violaciones, asesinatos, manipulación de sentimientos y pederastia», añade. En el lateral de la cuartilla aparecen la leyenda en árabe: «No hay más dios que Alá y Mahoma es su mensajero». Abdellah Gmara llegó a España a los 12 años como menor no acompañado procedente de Marruecos.
El contenido de la nota y el hecho de que un testigo asegurase a los agentes que había visto al joven hacer el gesto de la unicidad antes de estrellar el coche motivó que un juzgado de San Javier se inhibiera en favor de la Audiencia Nacional por los indicios de un posible atentado yihadista. Por reparto, el asunto recayó en el Juzgado de Instrucción número 1 del tribunal especializado, cuyo titular, Alejandro Abascal, abrió una causa por posible delito de terrorismo y declaró el secreto de las actuaciones.
El pasado martes, al día siguiente de que la Audiencia Nacional abriera la causa por posible terrorismo, el líder de Vox, Santiago Abascal, publicó un tuit denunciando una supuesta maniobra del Gobierno y sus «cómplices mediáticos» por ocultar el «posible atentado yihadista». El político de la extrema derecha establecía una presunta vinculación entre terrorismo y las políticas de inmigración: «Están dispuestos a utilizar cualquier patraña con tal de esconder lo que llevamos años advirtiendo ocurre a diario: el efecto llamada solo trae inseguridad».
El Servicio de Información de la Guardia Civil se ha hecho cargo de las pesquisas a las órdenes del juez de la Audiencia Nacional. Según fuentes próximas al caso, los agentes rastrean las redes sociales y el resto de Internet en busca de un posible proceso de radicalización del autor del atropello, así como otros indicios que confirmen o descarten una motivación terrorista. Si Gmara hubiera actuado solo, los investigadores deberán determinar si se le puede atribuir la figura de ‘lobo solitario’, aquel que asumiendo los postulados de organizaciones como ISIS actúan con sus mismas motivaciones y objetivos sin necesidad de tener una dependencia orgánica de la organización terrorista.
El hermano de Abdallah, Bendaoud Gmara, ha declarado al periódico La Verdad de Murcia que en un encuentro reciente, el autor del atropello le dijo que «había gente que iba detrás de él y querían matarle». Bendaoud Gmara también asegura que su hermano estaba resentido por el escaso sueldo que recibía en el campo y que todo lo que ganaba «se lo gastaba muy rápido en cocaína y hachís».
Fuentes jurídicas aseguran que la causa está abocada al archivo si no aparecen presuntos colaboradores de Gmara en el atropello mortal, aun cuando nuevos indicios decanten el caso hacia la motivación terrorista. El motivo es que el único autor del delito habría fallecido y los hechos son, por tanto, inimputables.
La carta de Abdellah Gmara continúa refiriéndose a terceras personas y les espeta: «Al final no habéis conseguido lo que queríais. Yo también soy inocente!!». En el texto, Abdellah Gmara exculpa al amigo que le prestó el coche, al que habría engañado esgrimiendo que lo necesitaba para una visita al hospital. La misiva se cierra con una frase que no queda claro a quien se dirige: «Quiere que todo el mundo sea gay». Antes de estrellar el coche, Gmara se habría realizado cortes en el pecho con un cuchillo que apareció en el vehículo con restos de su sangre.