El Ayuntamiento ha archivado definitivamente el expediente de la petición de una gran mezquita en Sevilla Este solitado por la comunidad islámica. En 2016, el Ayuntamiento de Sevilla ya rechazó la petición de la Comunidad Islámica Ishbilia Mezquita de Sevilla para sacar a licitación forzosa una parcela de Sevilla Este con el fin de construir un templo religioso musulmán.
La comunidad islámica Ishbilia presentó en febrero de 2017 un recurso contra esa decisión y antes de las vacaciones estivales del alcalde, Juan Espadas dejó pasar el plazo de contestación, desistiéndose del procedimiento administrativo en primera instancia, con lo que descarta definitivamente la construcción del citado templo en el barrio de Sevilla Este, según confirmaron a ABC fuentes de la Gerencia de Urbanismo. Los promotores de la gran mezquita de Sevilla anuncian ahora que acudirán la vía judicial, presentando una demanda en el Contencioso Administrativo, para lo que tienen de plazo hasta noviembre.
Ishbilia solicitó la licitación de una pastilla de terreno de 10.000 metros cuadrados entre la avenida del Deporte y la calle Doctora Navarro Rodríguez, calificada como suelo de interés público y social (SIPS) en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Finalmente, el gobierno municipal resolvió en contra al entender que esa comunidad carecía del derecho de exigir la licitación forzosa de parcelas porque no existe ese derecho en el ordenamiento jurídico. Otros motivos que la Gerencia de Urbanismo alegaron fueron el desconocimiento del proyecto y del promotor, la oposición de los vecinos, la existencia de «suficientes mezquitas» en la ciudad y la inexistencia de otros solares públicos que reúnan las características necesarias para ese complejo.
La comunidad musulmana rechazó esos argumentos y presentó un recurso de alzada, señalando la obligación de licitar ese suelo por parte del Ayuntamiento. Fuentes municipales han confirmado a este periódico que la Gerencia ha desistido en ese proceso, dando carpetazo al asunto. Pero Ishbilia no pretende dejar ahí el tema. El consejero político de esta entidad, Juan Pedro Andrades, afirma que no se puede decir que los vecinos están en contra o que ya hay mezquitas en Sevilla. «Lo que hay son locales ilegales que nosotros mismos hemos pedido que se cierren, almacenes o pequeños locales que hacen de mezquita», según Andrades.
El proyecto de Ishbilia incluía además de la mezquita un centro social, un centro cultural e instalaciones para los vecinos, con un presupuesto de 60 millones cuyo origen no ha sido suficientemente aclarado por la comunidad musulmana.
Yihad Sarasúa, presidente de la Comunidad Ishbilia, apuntó que «la ubicación de la mezquita se puede replantear. Ni mucho menos es una decisión cerrada sino un intento de abrir una vía de diálogo con el Ayuntamiento. Porque lo que hay detrás es mucho más importante que el sitio donde se construyese. Lo que hay es una correcta regulación y una mejor integración de la comunidad islámica sevillana, que necesita un lugar de referencia y no estar rezando y haciendo vida social en locales pequeños y medio clandestinos donde no se puede controlar que llegue cualquier imán con cualquier mensaje que pudiera acercarse a la radicalización. Es mucho mejor tener una mezquita digna, amplia, transparente, abierta a todos y donde haya una visibilidad y una actividad regulada».
Este es el quinto intento de establecer una gran mezquita en Sevilla. En su día, la Fundación Gran Mezquita de Sevilla intentó construir un templo musulmán en Los Bermejales tras un acuerdo con el Ayuntamiento. Las movilizaciones vecinales y el TSJA tumbaron aquel proyecto. La comunidad musulmana lo intentó después sin éxito en San Jerónimo y la Cartuja.
La comunidad islámica Ishbilia se ofrece a la Policía para un plan de seguridad en Sevilla
La organización que promueve la construcción de una gran mezquita en Sevilla Este, la Comunidad Islámica Ishbilia, defiende la idoneidad de que funcione un gran templo musulmán también por «cuestiones de estricta seguridad, pues es una manera de que todos los musulmanes recen en el mismo sitio, se integren y no se formen guetos en barrios o en locales pésimos». Así lo expuso a este periódico el presidente de esta comunidad, Yihad Sarasúa, que incidió en el «intenso trabajo» que su organización viene realizando para mejorar «todo lo relativo a la seguridad y la transparencia».
En este aspecto, Sarasúa destacó que ya han contactado con el Ministerio del Interior para ofrecerse a las Fuerzas de Seguridad del Estado en labores de control de la población musulmana de Sevilla. «Queremos que la sociedad vea que estamos involucrados cien por cien en lo referente a la seguridad y que el Estado sepa que ayudaremos en todo lo que pidan, algo que sería mucho más fácil con una gran mezquita que centralice la oración de todos los hermanos musulmanes», dijo.
Tanto es así que, según asegura el presidente de Ishbilya, han propuesto «la creación de un comité permanente de seguridad con todos los actores vinculados en esta cuestión» en el que analizar los detalles de este ámbito «con la perspectiva de los musulmanes y el conocimiento profundo que tenemos de esta parte de la sociedad, que sirve para tener claro qué puntos atajar, qué cosas evitar…». De hecho, explicó Sarasúa, «se pueden incluir como actividad complementaria las charlas que ya venimos dando entre nuestra comunidad para identificar perfiles peligrosos y focos de posible radicalización».
En este sentido, Juan Pedro Andrades, consejero de la Comunidad Islámica Ishbilia Mezquita de Sevilla asegura que en su comunidad están «trabajando mucho por erradicar actitudes que nada tienen que ver con el islam y desvincular la idea de que se trata de una religión retrógrada, machista o intolerante».