La Asamblea Nacional de Quebec, en el sureste de Canadá, abrió hoy las sesiones para analizar una propuesta de neutralidad religiosa, considerada discriminatoria porque prohíbe el uso en público de atributos como el burka y la cruz cristiana. En la primera etapa una comisión parlamentaria escuchará a más de 250 personas, instituciones u organismos que quieren manifestarse sobre la normativa, causante de una polémica a nivel provincial y federal desde su presentación en septiembre pasado.
Después de esas audiencias, la Asamblea examinará uno por uno cada artículo del proyecto de ley 60 antes de someterlo a votación.
La iniciativa, del gobernante Partido Quebequense (PQ), formará parte de la Carta de Valores de la provincia y veda el uso de cualquier signo religioso a los empleados de los ministerios, instituciones estatales, cuerpos de policía, tribunales, centros educativos y hospitales.
El gobierno de Canadá, los principales partidos políticos del país, intelectuales y activistas sociales, entre otros, rechazan la propuesta y alertan que supondrá el riesgo de excluir especialmente a miles de féminas del mercado laboral.
Incluso el primer ministro Stephen Harper reiteró en varias ocasiones que agotará los recursos necesarios para revocar la medida si resulta aprobada por el Parlamento de Quebec.
Varias encuestas ilustran que la población de ese territorio francófono está dividida respecto al tema.
Según los sondeos, menos del 50 por ciento de los ciudadanos apoya sin restricciones la política de neutralidad religiosa del PQ, una parte aboga por modificarla y otro sector está completamente en contra de su promulgación.
Los detractores denuncian que se trata de un proyecto excluyente, con fines electorales y dirigido a los seguidores más radicales de la agrupación gobernante que solo traerá como consecuencia la fuga de una importante masa de inmigrantes hacia otras provincias del país.
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