El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva publicó el miércoles una carta abierta a los evangélicos con la que trató de calmar sus temores de que perseguirá a los de su fe y atraer votos de un creciente sector de la población.
En la carta, leída durante un encuentro con líderes evangélicos en un hotel de Sao Paulo, Lula prometió que respetará las libertades religiosas si es elegido, como lo hizo, agregó, durante su presidencia de 2003-2010.
“Vivimos en una era que las mentiras son usadas intensamente con el objetivo de sembrar pánico entre gente de buena fe, alejándolos de una candidatura que los defiende más”, añadió la carta. “Es por ello que sentí la necesidad de reafirmar mi compromiso con la libertad de religión en nuestro país”.
Según las encuestas, Lula ha perdido apoyo entre los evangélicos mientras el presidente y candidato a la reelección Jair Bolsonaro, junto con sus aliados, han insistido que Lula apoya a gobiernos autoritarios izquierdistas extranjeros que han perseguido a los cristianos.
Los aliados de Bolsonaro literalmente han satanizado a Lula y a su Partido de los Trabajadores, lo que llevó al exmandatario a emitir un comunicado fuera de lo común en el que negó haber tenido contacto con el diablo.
Lula fue el más votado en la primera ronda de las elecciones, pero estuvo a menos de dos puntos porcentuales de conseguir la mayoría necesaria para conseguir la victoria en esa oportunidad. La mayoría de las encuestas siguen mostrando a Lula con ventaja, pero también muestran que Bolsonaro ha subido un poco en semanas recientes.
La carta de Lula a los evangélicos hace recordar una que emitió cuando era candidato en 2002 para tratar de calmar a los mercados financieros. Ello redujo la ansiedad en ese momento y ayudó al exlíder sindical a ganar la presidencia.
En su primer año en el cargo, firmó una ley que permite el establecimiento de organizaciones religiosas privadas, con amplio respaldo de los evangélicos. Lula ha caracterizado ese acto como uno que consagró el derecho a la libertad religiosa.
Los cristianos evangélicos comprenden casi un tercio de la población brasileña, más del doble de lo que era hace dos décadas.
El demógrafo José Eustáquio Diniz Alves, antes investigador de la Escuela Nacional de Ciencias Estadísticas, proyecta que para 2032 serán el 40%: más que los católicos.
Bolsonaro es católico, pero su esposa Michelle es una evangélica devota. Tras mantener un perfil bajo durante la presidencia de su esposo, la primera dama surgió durante la campaña como la voz de los evangélicos en el equipo de Bolsonaro. Ella ha dicho que antes de la presidencia de su esposo, el palacio presidencial había sido consagrado a demonios.
La campaña de Bolsonaro ha insistido en que Lula promoverá políticas defensoras del género y aflojará las restricciones al aborto. Lula dijo en abril que una mujer debe tener acceso al aborto, pero luego se retractó un poco diciendo que personalmente se opone.