Personas y empresas han elevado un 3,48% su aportación en 2011. La Conferencia Episcopal prestó cinco millones de los 250 recaudados en total.
La solidaridad es lo único que parece sacar fuerzas de flaqueza cuando arrecia la crisis. Los datos presentados por Cáritas hoy abundan en ello: los donantes privados aportaron en 2011 un 3,48% más que el año precedente hasta reunir algo más de 166 millones de euros. Esta cooperación, “que procede en su mayoría de cristianos”, lo que ellos llaman el pueblo de Dios, es la gran fortaleza de la organización diocesana porque supone el 66,3% de todos los fondos de que dispone, que el año pasado alcanzaron 250.697.475 millones, un 1,28% más que en 2010. Un elevado porcentaje de fondos privados es indicador de buena salud para una organización solidaria y en el caso de Cáritas la relación entre la financiación pública y la privada no deja de crecer a favor de esta última año tras año.
También son tiempos de colaboraciones gratuitas, como la que le prestan sus 64.251 voluntarios, una cifra que se ha elevado en un 4% en 2011. Más de seis millones de personas han recibido apoyo de Cáritas ese año, entre los proyectos nacionales y los internacionales. “Hemos acompañado en España a 1,8 millones de personas en situación precaria”, ha dicho el secretario general, Sebastián Mora. Y ha recordado que la extensa red de parroquias en las que se apoyan permite llegar a casi todos los rincones del país y recabar algo más que donaciones económicas, también alimentos, ropa, libros.
De los 250 millones recibidos, la Conferencia Episcopal Española ha donado 5. Esta colaboración de los obispos ha crecido con la crisis: en 2008 era de 1,9 millones de euros. La organización ofrece la cifra con transparencia si se les pregunta, pero siempre la rodea de un elaborado sermón sobre lo extenso de la aportación de la Iglesia en general para el buen funcionamiento de Cáritas.
La acogida y asistencia, el empleo, los mayores y las personas sin hogar son los programas que se llevan el mayor presupuesto. “El empleo y la vivienda son los pilares básicos para tener una vida digna. Tan grave como los desahucios son las miles de familias que viven hacinadas en una sola habitación”, ha dicho Mora. Ha recordado que la pobreza y exclusión cada vez tiene más rostro femenino y joven. Los inmigrantes se siguen llevando la peor parte, “pero hay muchas mujeres con hijos a su cargo y dificultades con el empleo”.
Mora ha dicho que la aportación del Gobierno ha caído y ha hecho un llamamiento a todos para que redoblen esfuerzos aunque se “corre el riesgo de generar una sociedad asistida”. “Nosotros predicamos una sociedad promocional, abierta, donde cada uno dé lo más de sí que pueda, una sociedad donde no se sostenga a la gente con una mera asistencia”.
Por último, el secretario general ha detallado el porcentaje que la organización destina a administración y servicios: un 6,3%, unas décimas más bajo que en años anteriores. Este compromiso con la austeridad en la gestión es otro de los baluartes de los que puede alardear Cáritas.