El obispo de Bilbao, Mario Iceta, y el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, visitaron ayer los cuatro retablos recientemente restaurados en la Iglesia de San Nicolás, en la capital vizcaína. En concreto, se trata de los retablos de la Piedad, San Crispín, San Blas y San Lázaro.
Durante la visita, el diputado general subrayó que el objetivo de la institución foral, que ha asumido la restauración, es “seguir colaborando” con el Obispado de Bilbao para continuar con la restauración del patrimonio monumental e histórico de Bizkaia, que es “de gran valor y de todos y todas”. Por su parte, el obispo de Bilbao ha agradecido la colaboración de la Diputación en las obras de restauración de los retablos, cuyo conjunto es “de un valor excepcional” y representa “un auténtico tesoro” para Bilbao y Bizkaia.
En cuanto a los trabajos de restauración, los criterios de intervención se han ceñido a la atención prioritaria en la conservación de la obra, centrándose inicialmente en los factores de deterioro que afectaban a las obras, para posteriormente aplicar los tratamientos necesarios que los anulasen eficazmente. Tanto los tratamientos como los materiales empleados en los procesos, han sido estables y reversibles, manteniendo en su ejecución el principio de discernibilidad, informa Europa Press
De esta manera, se ha llevado a cabo una limpieza superficial del conjunto mediante aspiración controlada, con la ayuda de brochas suaves a fin de eliminar los fuertes depósitos de polvo existentes. Después, se llevó a cabo la consolidación de la fibra leñosa, debilitada por el ataque biológico de los insectos xilófagos, para proceder a la fijación de los fragmentos desprendidos de la mazonería.
Durante la restauración de las obras se tomaron varias micromuestras para su análisis químico, como apoyo a las tareas de conservación, con el fin de conocer los materiales presentes en los retablos, así como su disposición en capas, tanto los originales como los pertenecientes a los recubrimientos o los recipientes posteriores.
