La instrumentalización nacionalista y xenófoba de la iconografía navideña, que se sirve de bulos sobre un supuesto prohibicionismo laicista, se extiende por Europa tras probar su éxito en EEUU
En España Vox prodiga iniciativas en defensa del belén, mientras Ayuso presenta la Navidad como una línea de defensa de la «civilización» y las «raíces católicas» de Occidente
La postal reúne una Virgen con seis dedos, la siniestra imagen de lo que podría parecer un bebé muerto en la esquina inferior derecha y una bandera española, históricamente fuera de lugar, envolviendo al niño Jesús y sujetada por un individuo acuclillado y de manos imposibles. La imagen, compartida por el dirigente de Vox Jorge Buxadé, ha provocado un sinnúmero de comentarios, no pocos de ellos de mofa.
Pero lo que hay tras esta felicitación no es baladí. Y no se limita a Vox, ni a España.
Belenes en peligro
Vox está inmerso en una amplia campaña de utilización de la imagen del nacimiento de Cristo en concreto y de la Navidad en general con fines políticos. En Andalucía lleva desde 2019 reclamando la instalación de un belén en «un lugar preminente» [sic] del Parlamento para homenajear los «valores» y «tradiciones cristianas”. También ha elevado una protesta por la celebración en Almería de un teatro con Peter Pan, Campanilla y Garfio, según Vox inapropiado para las fechas. El resbalón ha llegado en Mallorca, donde Vox puso el grito en el cielo por un vídeo en el que sonaba Els Segadors como música de un belén viviente. Nada podía haber más contrario a una celebración que, según Vox, es cristiana y españolísima. En realidad, era un vídeo editado, luego su resultado era falso.