La comunidad educativa denuncia un nuevo ataque a la educación pública y anuncia que no está dispuesta a abandonar un modelo educativo que respeta la etapa de desarrollo de los niños y niñas y que es puntero en muchos otros países.
Unos días antes de que el Gobierno central anunciara una inversión de más de 600 millones para crear 65.000 plazas en Educación Infantil en todo el Estado, la Comunidad de Madrid (CAM) informaba del cierre del segundo ciclo de nueve escuelas públicas de 0 a 6 años, las únicas de gestión directa pública que quedan dentro de la ciudad de Madrid.
Lo hizo en una reunión informativa con la dirección de los nueve centros, donde dio por hecho que el siguiente año ya no habría primer curso del segundo ciclo. El argumento: aumentar las plazas de cero a tres años. Según el anuncio, los niños y niñas que ahora mismo están terminando el primer ciclo (0-3) deberían pasar a los colegios de Primaria (CEIP) y los de cuatro y cinco años seguirían en el centro hasta terminar el segundo ciclo.
La decisión ha sorprendido a familias, profesorado y al resto de la comunidad educativa, ya que los 53,5 millones que le corresponden a la CAM de la inversión del Gobierno central deberían bastar para poner fin a la lista de espera para entrar en Educación Infantil de 0 a 3 años, según afirman. Desde la Consejería de Educación de la CAM, preguntada por El Salto, argumentan que esta reunión tuvo por objetivo tratar “la reorganización y la posibilidad de que el servicio a los niños entre 3 y 6 años pase definitivamente a prestarse en los CEIP, de manera que las escuelas infantiles cuenten con más plazas para escolarizar alumnos de entre 0 y 3 años”.
Una posibilidad que ya dan por hecho en muchos centros tras la inminente llegada de la Inspección Educativa para ver si es factible adaptar las aulas del segundo ciclo para el primero. Tampoco ayuda a las esperanzas de la comunidad educativa el hecho de que años atrás el Gobierno de la CAM cerrara el segundo ciclo en otras escuelas, dejando en la incertidumbre el futuro de las que quedan en municipios como Torrelodones, Getafe o Leganés. Para muchos docentes y familias, este nuevo ataque del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso a la educación pública es un contrasentido: un modelo aplaudido en muchos países y que cuenta con listas de espera para entrar es aniquilado en la región de Madrid.
La decisión de la Consejería de Educación es un contrasentido para muchos docentes y familias: un modelo aplaudido en muchos países y que cuenta con lista de espera para entrar es aniquilado en la región de Madrid
“Cuando comenzó este modelo, la mayoría de centros eran de 0 a 6 años, pero han ido cayendo”, explica una maestra que trabaja en uno de los nueve centros afectados y que prefiere no dar su nombre. “No se están manejando criterios pedagógicos, solo económicos y de números”, asegura. El plan de la Comunidad es que los niños expulsados del primer ciclo pasen a colegios de Primaria. O a la escuela concertada si quieren seguir con este modelo, sostiene esta maestra.
“Las plazas que quieren crear quitando el segundo ciclo no cubren la demanda que hay de 0 a 3 años”, comenta Javier Santos, miembro de la Asociación de Familias de Alumnos (AFA) de la escuela infantil La Jara. Su hijo mayor de cuatro años podrá terminar el segundo ciclo, pero tendrá que buscar otro colegio para su hijo menor si Educación sigue adelante con la medida. “Él ya no podrá disfrutar de este modelo educativo, no en la escuela pública”, se lamenta. Santos, junto con otras madres y padres, está creando la Plataforma en Defensa de la Educación de 0 a 6 años.
“Vuelve a ser un ataque a los derechos de la infancia”, sentencia. Santos explica que no es casual que las escuelas afectadas estén en barrios obreros: tres en Usera (Zofío, La Jara y San Fermín), dos en Vallecas (Los Girasoles y Zaleo), dos en Tetuán (Los Ángeles y La Plazuela), en Pan Bendito (Los Títeres) y en Hortaleza (el Carmen). “Antes eran barrios referentes en este modelo educativo, ahora nos llevarán a centros masificados, y tampoco sabemos si los niños llegarán a tener plazas. Lo que sí sabemos es que hay centros concertados o privados cerca de los nuestros que ya han hecho obras para ampliar las plazas de tres a seis años”, denuncia.
Pactos que empujan hacia la concertada
Entre los motivos de esta decisión, los sindicatos apuntan al pacto entre Vox y el PP. “La Comunidad de Madrid no quiere hacer escuelas y parece que la presión de Vox es para quitar lista de esperas y dar el titular de que hay nuevas plazas sin gastar”, explica la maestra, quien denuncia el desvío de dinero en cheques guardería y en los conciertos con la escuela privada. “Vemos en esta decisión un ataque a estos centros que están funcionando muy bien. Se trata de aumentar el número de plazas de 0 a 3 años sin invertir ni un duro, dejando niños y niñas en el precipicio”, añade.
“Vemos en esta decisión un ataque a estos centros que están funcionando muy bien. Se trata de aumentar el número de plazas de 0 a 3 años sin invertir ni un duro, dejando niños y niñas en el precipicio”, dice una de las maestras afectadas
Otra de las grandes cuestiones que la Comunidad de Madrid se niega a responder, tampoco a El Salto, es qué pasará con el personal docente especializado en el tramo de 3 a 6 años. CC OO cifra en 36 los puestos de trabajo que se perderán. Tampoco responde si intentará dar una respuesta negociada y conjunta con el resto de la comunidad afectada. Esta ausencia de diálogo se traduce en una falta de confianza por parte de docentes y familias.
“En ningún caso se trata de una propuesta nueva”, comentan a El Salto desde la Consejería de Educación, aludiendo a que esta decisión responde a lo “dispuesto en la Orden 2122/2012, de 22 de febrero, que establece que las Escuelas Infantiles 0-6 pasen a impartir únicamente el primer ciclo de Educación Infantil (0-3 años)”. Algo que desde la dirección del centro Zofío tachan de “una interpretación libre de su propia normativa”. “En dicha orden se hace referencia en sus anexos 1 y 2 a las escuelas que afecta dicha orden. El nombre de ninguna de las escuelas que ahora se quieren intervenir está ahí”, precisan.
“Era la crónica de una muerte anunciada”, comenta Pilar Escariz, madre de tres hijos que entraron desde el principio en la escuela Los Ángeles. “Crearán más plazas en la concertada y la privada, y para callarte la boca te darán un cheque y con dinero público subvencionan la privada”, opina y lamenta que el modelo de estas escuelas no sea más conocido, para poder ser más defendido.
Una apuesta educativa
Una de las madres de la escuela La Jara y también parte de la plataforma, Emma Gascó, insiste en que no se trata solo de tener escolarizados a los más pequeños, sino de hacerlo de una “manera respetuosa”, ayudándoles en su desarrollo y en entornos dimensionados y adaptados a sus necesidades. Gascó es una de las afectadas directas ya que su hijo de dos años y medio tendría que pasar el año que viene al segundo ciclo y, de concretarse la medida, se vería obligada a buscar un nuevo colegio. Explica que apostaron por este modelo educativo por muchas razones, entre ellas porque “se hace un seguimiento muy cercano y hay menos probabilidad de fracaso escolar después”.
Entre las grandes diferencias de los centros de escuela infantil 0-6, según valoran los padres y las madres, es que tanto las instalaciones como las dinámicas están adaptadas a la etapa de desarrollo de los niños y niñas
Este es el caso de Débora Ávila. Gracias a la atención en una de estas escuelas, en concreto en el Zofío, pudieron tener el diagnóstico temprano de trastorno del espectro autista de su hijo mayor. “Le escolarizamos con tres años y él tenía muchas señales de que su desarrollo no estaba siendo el normalizado. Tenía dificultades para comer o interactuar con otros niños”, explica. Débora comenta que aunque llegaron muy desorientados, las pequeñas dimensiones de la escuela les hicieron sentirse arropados. “En menos de un mes el equipo de atención temprana nos atendió, algo que en un colegio de primaria llevaría mucho más tiempo porque se reparten el equipo con más centros. Además, gracias al saber estar del profesorado, muy especializado en un rango de edad y muy vocacional, enseguida pudimos tener un diagnóstico de mi hijo”. Un niño que ahora mismo ha empezado primero de Primaria en un colegio ordinario. “Que fuera un lugar pequeño permite que estos niños sienten las bases de su desarrollo atendiendo a la diversidad. Mi hijo no hubiera podido adaptarse a un colegio grande si no hubiera estado antes en uno de estos centros”, comenta.
Dimensiones e instalaciones adaptadas a su edad
Esta es una de las grandes diferencias que comentan los padres y madres. Tanto el edificio como las dinámicas están adaptadas a la etapa de desarrollo de 0 a 6 años. “En los seres humanos, los 6 o 7 años suponen un cambio de etapa en el crecimiento”, explica Ana Muñoz Gundián, psicóloga y acompañante de menores. “Los primeros años —continúa— son de cuerpo y físico, luego se pasa a hacer operaciones concretas en los 6 años. Por eso, la Primaria empieza cuando hay un cambio de etapa, pero esto se respeta cada vez menos. De 3 a 6 años parece una mini-primaria en muchos colegios, con libros de texto, unas propuestas de ejercicios y fichas que no están adaptadas a la etapa”.
“Es una pérdida que estos niños y niñas, algunos de aún dos años, dejen de estar en contacto con otros más pequeños, con los que tienen más en común que con otros de 8 años”, detalla Muñoz Gundián, que se pregunta por qué hay patios diferenciados en los colegios de primaria por edades. “Si realmente estuvieran preparados para tener a niños de esas edades no haría falta separar a los más pequeños”, concluye. Una situación que ha visto con 6 años el hijo mayor de Pilar Escariz, pero que su hija menor tendrá que vivir con solo 3 años. Ella está terminando el primer ciclo de educación infantil en la escuela Los Ángeles, también afectada por el cierre que pretende la Comunidad de Madrid.
“¿Que si el cierre es una decisión ideológica? Pues no tenemos suficiente información para decirlo, pero da rabia que quienes queremos apostar por estas escuelas no podamos y sí haya libertad para quien quiere segregar por sexo o tiene ideología religiosa”, opina un padre afectado
“Esta escuela tiene de especial que a pesar de estar en el corazón de Tetuán tiene un patio grande, con árboles, tierra”, explica, algo que fue de mucha ayuda en la crisis del covid con aulas al aire libre y fomentando aún más las acciones entre las familias y el personal del centro. “Hemos hecho proyectos conjuntos, como aprovechar los troncos de los árboles que se cayeron en la Filomena para crear juegos en el patio”. También cuenta con un huerto, con fiestas comunes como el Día de la Mujer en las Ciencias, el 8 de Marzo y actividades que unen al barrio. Como en La Jara, donde además tienen comisión de género, los niños se implican en tareas diarias como saber qué menú hay y conocen a todo el personal del centro. Algo posible con 160 alumnos en la primera escuela y poco más de cien en la segunda. “Las dimensiones que alcanza la educación de 3 a 6 años en un colegio de Primaria son otras —comenta Gascó—. Por ejemplo, hay niños de tres años en colegios que duermen sobre el pupitre porque no hay colchonetas y no están adaptados a estas edades. Lo mismo con el control de esfínteres, no suele haber nadie que cambie pañales excepto si es contratado por las familias”.
Movilizaciones y apoyo político
“El valor de estos centros es la atención al desarrollo del menor, porque la diferenciación entre peques es absoluta. Es a partir de los 6 años cuando se empiezan a homogeneizar. Antes cada uno debería trabajar a su ritmo”, comenta de nuevo Javier Santos, que está en contacto permanente con los demás centros, las familias, sindicatos, otros espacios de crianza, renovación pedagógica y partidos políticos. “Todos juntos estamos pensando en movilizaciones, en estudiar a nivel legal qué podemos hacer y pidiendo una reunión con la Consejería”, indica. De momento, tanto PSOE, Más Madrid como Unidas Podemos ya se han situado del lado de las familias. Este último grupo, ha presentado una pregunta en la Asamblea de Madrid de parte del diputado regional Agustín Moreno.
Escuelas públicas, con un modelo diferenciado de educación, en barrios obreros, con diversidad de origen en sus aulas y con familias muy implicadas en la educación de sus hijos. “¿Que si el cierre es una decisión ideológica? Pues no tenemos suficiente información para decirlo, pero da rabia que quienes queremos apostar por estas escuelas no podamos y sí haya libertad para quien quiere segregar por sexo, tienen ideología religiosa”, opina Santos. “Hay programas como el Bachillerato de Excelencia que se toman como modelos a seguir, como la punta de lanza a replicar y con estas escuelas se hace lo contrario”, indica Débora Ávila. “Mientras quieren cerrar las públicas, la educación privada apoya este modelo de 0 a 6 porque está demostrado que funciona y es mejor para los menores”, añade.