El famosete alcalde de Baena, Jesus Rojano, por pretender subirse el sueldo casi un 20%, aunque ha dado marcha atrás. Ahora cuelga un estandarte de la Virgen de la Cabeza en la casa consistorial. Será para pedir perdón por querer subirse el sueldo. Se lo habrá mandado el cura párroco como penitencia. ¡¡Ay pillín!! Esta es de la laicidad institucional de la que nos habla, ahora, el PSOE. Pues bien empezamos.
Y no le resulta bastante con convertir la fachada de la Casa Consistorial en algo que más se parece a una parroquia, sino que también convierte el salón de plenos en un altar presidido por un crucifijo.
Un alcalde más que confunde lo púbico, lo que es de todos (creyentes o no) en un lugar sacralizado de una religión particular, sea o no de muchos.