El Santuario de Nuestra Señora de Valdesalce se cree que fue la iglesia parroquial de un antiguo despoblado medieval que se instalaba a su alrededor y del que ya no quedan vestigios. Debe su nombre al paraje donde esta ubicado que es conocido como Valdesalce o El Valle del Sauce.
Hasta este templo llegó en la mañana de ayer la Virgen de Valdesalce -en la festividad de San Mateo- acompañada de cofrades y devotos que durante el recorrido rezaron el Rosario de la Aurora. La imagen mariana había vivido en la tarde del sábado uno de los momentos más bonitos de estas fiestas durante la tradicional procesión de antorchas, ya que cientos de fieles acompañarán a su patrona por las principales calles y plazas de la localidad.
Tras la tradicional romería, la jornada festiva continuó con la celebración de una eucaristía, que terminó con el canto de La Salve a la Virgen y, tras tocar las campanas anunciando su salida, la imagen fue llevada a hombros hasta el exterior, donde la esperaban cientos de personas.
Fue entonces cuando se inició la posterior procesión con Virgen, a la que acompañaron vecinos, forasteros y la alegría de los danzantes de la localidad, que ataviados con trajes típicos pusieron una curiosa nota de música y alegría al momento.
Cientos de devotos de la Virgen, entre los que se encontraban autoridades locales y provinciales, custodiaron la imagen durante el recorrido en una mañana en la que el buen tiempo animó a la participación.
Y es que este es uno de los eventos que más gente congrega en la localidad. Pese a no tratarse de las fiestas patronales, la devoción que se tiene a la Virgen de Valdesalce es tan fuerte que, para muchos lugareños, es más importante esta celebración que la del mes de agosto.
Tras la procesión llegó el turno de la comida campestre en la pradera, donde los peregrinos disfrutaron de una arrozada cerrateña, antes de organizar juegos populares y disfrutar de un concierto a cargo de Mayalde.
Este año ha sido especial para la Virgen de Valdesalce, tras su Coronación Canónica el pasado 23 de agosto. El obispo de la Diócesis, Esteban Escudero, impuso la corona a la Virgen de Torquemada, que estuvo acompañada de otras vírgenes coronadas, como la Virgen de la Calle (patrona de Palencia), la Virgen del Brezo (Villafría), la Virgen de la Piedad (Herrera de Pisuerga), la Virgen de Ronte (Osorno) o la Virgen del Llano (Aguilar), entre otras.
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