Cerca de las 20,30 horas, las campanas de la catedral anunciaban con sus repetitivos toques la salida de la Custodia sobre el paso de baldaquín de la Virgen del Prado instalada sobre un exorno floral blanco de gladiolos y rosas.
Se iniciaba el recorrido del Santísimo por las calles de Ciudad Real en la celebración del Corpus Christi en un domingo en el que el tiempo ha concedido una tregua tras semanas, hasta ayer mismo, de precipitaciones e inestabilidad climatológica.
Previamente, durante la Eucaristía que ha presidido el obispo de la Diócesis, Gerardo Melgar, y ha concelebrado con los sacerdotes de la ciudad, el presidente del Cabildo de la Catedral, Bernardo Torres, ha colocado la Forma Consagrada en la Custodia, una pieza del siglo XVII de plata sobredorada y pedrería.
La procesión ha congregado a numerosos fieles, algunos para iluminar un cortejo solemne en el que ha reinado el silencio y que han abierto los niños que han tomado este año la Primera Comunión.
Por primera vez han participado las hermandades de penitencia y las de gloria, incluida la Corte de Honor de la Hermandad de la Virgen del Prado, con muchos hermanos que portaban las medallas de sus respectivas congregaciones, a las que han seguido los componentes de las secciones femenina y masculina de la Adoración Nocturna con sus abanderados, y los seminaristas y sacerdotes, además de los caballeros de las Órdenes Militares, con Pedro de Borbón-Dos Sicilias y de Orleans como presidente del Real Consejo de las Órdenes Militares.
Igualmente, además e la Banda de Música de la Agrupación Musical de Ciudad Real, ha asistido una amplia representación de concejales de la Corporación Municipal, con Nicolás Clavero, alcalde en funciones, a la cabeza, y el edil de Seguridad, David Serrano, portando el banderín del Ayuntamiento, además de autoridades militares.