Carta remitida a EL PAIS por Rafael Fuentes-Guerra, miembro del Secretariado de Granda Laica, a raiz de unas declaraciones del arzobispo Cañizares que indicó que la asignatura Educacion para la Ciudadania “es un ataque más a la familia”
En las páginas de Sociedad de ese Diario, el pasado 11 de junio, se recogía la afirmación del señor Cañizares sobre el ataque que supone la asignatura de Educación para la Ciudadanía a la familia. Esta corta noticia me provocó de nuevo molestia y preocupación, además de incomprensión. Molestia y preocupación porque entiendo desafortunada y desatinada la opinión de un “pastor” de la iglesia al que le preocupa que cunda la necesaria e ineludible conciencia ciudadana y no la cristiana; molestia por desconsideración porque su iglesia hable de la familia como si esta fuera una sola y además de su competencia exclusiva, cuando para ellos no está permitido formarla.
Yo le hago caso cuando insta a los padres “a que no permitan que sus hijos sean educados por otros” porque no permito que los eduquen los curas y menos Cañizares, pero nos lo ponen difícil, porque nos obligan a que se imparta religión en las escuelas públicas y laicas. Aquí comienza mi incomprensión, para seguir con la interpretación de “no permitamos aquellos aspectos de la educación que van en contra de la verdad del hombre”; ¿a que hombre se refiere? ¿tendríamos que preguntarle a él?; ¡anda que si le tenemos que preguntar a Dios…!
¿Por qué no hay una sola declaración u opinión positiva de los responsables de esta iglesia sobre la sociedad, sus avances y la ciudadanía responsable?. Los ciudadanos necesitamos pensadores y no vendedores.
