Descargo de responsabilidad
Esta publicación expresa la posición de su autor o del medio del que la recolectamos, sin que suponga que el Observatorio del Laicismo o Europa Laica compartan lo expresado en la misma. Europa Laica expresa sus posiciones a través de sus:
El Observatorio recoge toda la documentación que detecta relacionada con el laicismo, independientemente de la posición o puntos de vista que refleje. Es parte de nuestra labor observar todos los debates y lo que se defiende por las diferentes partes que intervengan en los mismos.
Desde la irrupción ultraderechista de Vox en el 2018 he leído muchas declaraciones de prelados de la Iglesia española que atentan contra los principios más básicos de la moral cristiana y la ética laica, pero ninguna alcanza el nivel de condena y rechazo social que se merece esta.
No entiendo a los padres que confían la educación de sus hijos menores de edad a colegios de la Iglesia católica. Esto es lo que dice Luis Argüello, presidente de la conferencia episcopal, del Alcalde de Vita del Partido Popular ¿No son conscientes del riesgo en que ponen a sus hijos?.
El regidor municipal se subió durante las fiestas de su pueblo a un escenario y cantó la letra de esta canción : «Me encontré una niña sola en el bosque, la cogí de la manita y me la llevé a mi camita. Le subí la faldita y le bajé la braguita. La eché el primer caliqueño. La eché el segundo caliqueño. En el tercero ya no quedaba leche.
“Después de haber bebido”, dice uno de los máximos responsables de la Iglesia católica española, es decir; una ingesta de alcohol excesiva sirve para no hacer censurable que en su condición de alcalde, el regidor municipal anime en la fiestas religiosas del pueblo a sus conciudadanos a cantar la letra de una canción que hace apología de la violación sexual de menores.
Desde la irrupción ultraderechista de Vox en el 2018 he leído muchas declaraciones de prelados de la Iglesia española que atentan contra los principios más básicos de la moral cristiana y la ética laica, pero ninguna alcanza el nivel de condena y rechazo social que se merece esta. Cuando los obispos españoles leen año tras año con preocupación los datos sobre la diminución del número de católicos practicantes en España, harían bien en preguntarse si la constante repetición de declaraciones públicas como esta no contribuyen a crear el descrédito y la deslegitimación moral que en parte explica ese proceso de creciente desconexión con la sociedad española.